Sunday, May 24, 2015

capitulo 22

Peter se dijo que, tarde o temprano, aquello tenía que suceder. El hecho de estar casada no quería decir que la hubiera perdido porque, en realidad, jamás la había tenido.
«Tengo que ser fuerte», se dijo.
Una hora después, llegó Rocio para recoger la lista de invitados que le había dejado el día anterior para que le echara un vistazo.
-Me parece que a Lali no le van bien las cosas -comentó con los ojos en blanco.
Peter la miró enarcando una ceja.
-Parece ser que Lali se ha estado viendo a escondidas con el albañil polaco y, la verdad, no me extraña que haya intentado que nadie se enterara porque teniendo el padre que tiene... lo malo ha sido que se ha enterado de todas formas y -Ya sabes que no me gustan los cotilleos -la interrumpió Peter.
-Esto no es un cotilleo -sonrió Rocio-. Sé que te preocupas mucho por esa chica, por eso te lo cuento. En fin, para ir al grano, creo que su padre le ha pegado.
Peter no se inmutó.
-¿Te lo ha dicho ella?
-No, claro que no. Ella ha dicho lo típico de... «me tropecé y me golpeé». En fin, por lo visto la ha pillado haciendo lo que cualquier chica joven y sana haría con un hombre -rió Rocio-. Es la única explicación que se me ocurre y me parece lógico porque, por lo que me han contado, esa chica no tiene ningún tipo de libertad, lo que no es en absoluto normal.
Una vez a solas, Peter decidió hablar con la jefa del personal de limpieza para que la mujer se asegurara de que Lali estaba bien.
No había necesidad de que él se involucrara de manera directa.
¿Seria cierto que Lali estaba con un hombre? ¿Y a él qué más le daba? No la conocía de nada. Aun así, no le gustaba la idea de que Lali hubiera estado con otro hombre porque la tenía por una chica inocente.
¿Se habría confundido? Entonces, recordó la pasión que Lali había demostrado entre sus brazos, pero se dijo que por un beso no podía juzgar y que, en cualquier caso, daba igual la experiencia sexual o carencia de ella que Lali tuviera porque aquella mujer no era para él.
Sin embargo, Peter recordó cómo desde pequeño lo habían educado para interesarse personalmente por cualquier problema que tuvieran sus empleados y la gente que lo rodeaba, y se dijo que tenía que ocuparse de aquel asunto en persona, así que encendió el ordenador y consultó los horarios del personal de limpieza para localizar a Lali.
Qué curioso que no se percatara de que hasta hacía muy poco tiempo ni siquiera había sabido de la existencia de aquellos horarios ni de que se pudieran consultar desde el ordenador.
Lali estaba encerando el suelo de madera en la galería, preguntándose de qué humor encontraría a su padre aquella tarde cuando llegara a casa y temblando ante la posibilidad de que se repitiera el episodio del día anterior.
-Lali...
Al oír su nombre, dio un respingo y se le cayó el cepillo de las manos. Sorprendida, se giró y se encontró con Peter.
Al instante, el príncipe se dio cuenta de que Lali estaba atemorizada y de que tenía una mejilla amoratada.
-¿Qué te ha pasado? -le preguntó Peter avanzando hasta ella en un par de zancadas-. ¿Ha sido tu padre?
La ternura de Peter desconcertó a Lali.
-No... no sé cómo se te ha podido ocurrir algo así -contestó nerviosa-. Me tropecé y me golpeé con una mesa.

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