Wednesday, May 20, 2015

capitulo 55

-Créeme, ágape mou... vas a discutirlo hasta el amanecer -replicó Peter en voz baja, con ojos bri-llantes de cólera e incredulidad-. Me da igual lo que se te haya metido en la cabeza, ¡no vas a marcharte así!
-He conocido a tu amante en el apartamento -afirmó Lali con la cara tan rígida que se sentía como si hablara a través de una máscara.
-No tengo ninguna amante -Peter se tensó y sus ojos se oscurecieron al oír ese dato-. Euguenia es una antigua novia, nada más. Aún tiene la llave del aparta-mento y me llamó esta mañana cuando llegó a Londres. Le dije que podía pasar la noche allí, pero re-chacé su invitación a cenar.
-¿Qué clase de estúpida crees que soy? -Lali soltó una risita histérica al recordar la decepción de Euguenia cuando la vio a ella en la puerta en vez de a Peter.
-Eres mi esposa y espero que confíes en mí -masculló Peter con furia-. Le pedí a mi secretaria que me
hiciera una reserva en un hotel para esta noche.
-Por supuesto, no admitirías la verdad a no ser que te pillara en el acto de traicionarme -reprochó Lali amargamente, enfurecida por lo que consideraba astutas mentiras que pretendían hacerla dudar de sí misma-. Pero he visto lo suficiente como para convencerme de que sigues siendo el mujeriego que siempre has sido. No pienso vivir con un marido infiel...
-¿Has escuchado una sola palabra de lo que he dicho? -escupió Peter con tono agresivo-. No, claro que no. Me habías declarado culpable antes de entrar al despacho. ¡Ni siquiera me das la oportunidad de defenderme!
-Conozco tu reputación con la mujeres Lali irguió la cabeza, notando que empezaba a perder la compostura-. No aceptaré un matrimonio así. No viviré con mentiras y disimulos...
-¡Dios mío... no vas a ir a ningún sitio hasta que aclaremos esto! -tronó Peter, caminando hacia ella.
-¡Pegarme o amenazarme no servirá de nada! -exclamó Lali, dando un paso hacia atrás.
-¿Pegarte? -Peter se quedó inmóvil, como si ella hubiera dejado caer una bomba ante él. Su piel bronceada palideció y clavó los ojos en el tenso triángulo de su rostro, temeroso y, al tiempo, desafiante-. ¿Crees que te pegaría?
Lali se estremeció al comprender lo que acababa de revelar sin pretenderlo.
-Tu padre sí te pegaba... -razonó Peter un segundo después, anonadado a pesar de que lo había sospechado-. ¿Crees que todos lo hombres somos así? No he pegado a una mujer en mi vida, ¡ni lo haré! ¿Cómo has podido pensar que te haría daño?
A Lali le castañetearon los dientes. Se había apartado de ella como si lo hubiera atacado. Aunque parecía consternado por lo que había descubierto, sus ojos chispeaban amenazadores y llenos de reproche. Perpleja,Lali le dio la espalda; siempre se había sentido segura con Peter y, en el fondo, sabía que no era como su padre en ese aspecto.

-Por tu propia seguridad -advirtió con voz entrecortada-, no permitas nunca que mi padre se entere de que lo sabes. Ha arruinado a hombres por mucho menos.
Peter calló. Se limitó a rodearla con los brazos desde atrás, incrementando aún más la confusión de Lali. Fue un abrazo cálido y reconfortante, calculado para no amenazarla ni invadir su espacio personal. A Lali la sobrecogió su deseo de apoyarse en él, de sentir la fuerza y el calor de su cuerpo musculoso una vez más. Solo una vez más, antes de abandonarlo.
-Nunca volverá a ponerte una mano encima, ágape mou -dijo Peter roncamente-. Te lo juro. No volverás a Lexos. No volverás a estar a solas con él. Mientras él viva, siempre estarás segura.
Los ojos de Lali se llenaron de lágrimas, sabía que lo decía en serio y cada célula de su cuerpo deseó establecer contacto físico con ese hombre al que aún amaba. Le parecía imposible apartarse de Peter en ese momento, pero se recordó que no era bueno para ella. No podía vivir con un hombre en el
que no confiara plenamente; la había herido y ella tenía la obliga-ción de protegerse. Si seguían casados la destrozaría, como Alejo había hecho con su madre adoptiva.

No comments:

Post a Comment