Monday, May 25, 2015

capitulo 24

-No debería estar aquí contigo -murmuró sintiéndose culpable.
-Estás aquí conmigo porque quieres estar conmigo -contestó Peter mirándola a los ojos.
Sí, era cierto, quería estar con él. Si hasta él se había dado cuenta, ¿de qué valía negarlo? Lali no tenía fuerzas para protestar y se preguntó por qué no dejarse llevar por una vez y hacer lo que de verdad quería.
La intensidad de la mirada de Peter la hizo sentir pinchazos calientes de anticipación por todo el cuerpo.
La tensión era insoportable.
Lali sentía el latido de su corazón acelerado en los oídos, la habitación le daba vueltas y el oxígeno no le llegaba a los pulmones.
En un movimiento casi infinitesimal, se acercó a él.
Peter no pudo controlarse.
-Te deseo.
-¿De verdad? -murmuró Lali.
Peter se inclinó sobre ella y se apoderó de su boca. Al sentir su lengua en el paladar, Lali ahogó una exclamación y se estremeció, ladeando la cabeza para permitirle mejor acceso.
Los labios de Peter eran cálidos, expertos e increíblemente sensuales y con cada beso hacían que Lali quisiera cada vez más.
-Tú me deseas tanto como yo te deseo a ti -aulló Peter volviéndola a besar con urgencia.
A continuación, la tomó entre sus brazos y la sentó en su regazo, le bajó la cremallera de la sudadera y la deslizó por sus hombros.
-Oh... -exclamó Lali al sentir la mano de Peter sobre uno de sus pechos.
-Oh... -se burló él con sensualidad.
Lali no se podía creer lo que estaba sucediendo, pero estaba dispuesta a seguir la insistente demanda de su cuerpo. Cuando sintió los labios de Peter en la erótica zona del cuello, justo debajo de la oreja, no pudo evitar agarrarse a las mangas de su camisa con fuerza, pues jamás había sentido nada parecido.
-Nunca me ha gustado estar incómodo -declaró Peter con voz ronca. A continuación, la tomó en brazos como si fuera una muñeca que no pesara nada-. La verdad es que me suele gustar hacer el amor en la cama.
¿Cama?
Lali se tensó, pues no se le había pasado por la cabeza que aquellos besos fueran a desembocar en nada más, pero Peter eligió aquel preciso instante para volver a besarla y Lali sintió que se derretía como un helado y no pudo reaccionar hasta que
se vio en su dormitorio, entre las piernas de Peter, que se había sentado en el borde de la cama y le había soltado el pelo.
-Te deseo desde la primera vez que te vi -confesó Peter acariciándole el pelo, que caía ahora sobre los hombros de Lali-. Y cada vez que te veo te deseo más y más... Lali sentía que las piernas le temblaban.
-¿De verdad?
-Parece mentira que no te des cuenta, eres increíblemente guapa.
-Hoy no es que esté muy bien... -contestó Lali tocándose la mejilla amoratada.
Peter le acarició la mano y la miró a los ojos con intensidad.
-Hoy estás más guapa que nunca.
Lali, hipnotizada por completo por su mirada, se echó hacia delante y se apoderó de con pasión de la boca de Peter.

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