Tuesday, May 26, 2015

capitulo 42

Peter dio instrucciones en árabe a su hermano Pablo, tomó a Lali en brazos y la metió en el coche.
-Tengo miedo -confesó Lali nerviosa.
A continuación, cerró los ojos con fuerza y rezó. Mientas tanto, Peter la hizo tumbarse, él se sentó, le colocó la cabeza sobre su regazo y le agarró las manos para darle fuerzas.
-No te preocupes, llegaremos al hospital en menos de cinco minutos.
-Supongo que no tenías previsto que esto ocurriera hoy.
-Tú tranquila... -contestó Peter apartándole el pelo de la cara-. Estoy contigo y no te va a pasar nada. Los momentos difíciles no lo son tanto si se llevan entre dos.
Lali estaba sinceramente preocupada por tener un parto prematuro, temía que le sucediera algo al niño.
Al llegar al hospital, Lali se quedó anonadada, pues se trataba de una clínica privada que pertenecía a una de las fundaciones de Peter.
Nada más examinarla, el médico decidió que había que ingresarla.
-Deberías comer algo -le indicó Lali a Peter diez minutos después, una vez a solas en su habitación privada.
-¿Estás de broma?
-¿No tienes hambre?
-Me quiero quedar contigo.
-No hace falta -mintió Lali porque, en realidad, lo que más necesitaba en el mundo era su compañía.
-Me da igual que haga falta o no porque me voy a quedar de todas formas.
Aquella declaración impresionó a Lali, que comenzó a relajarse.
-Estoy cansada... -bostezó desde la cama.
-Duerme -le indicó Peter.
Lali así lo hizo y, cuando se despertó, lo primero en lo que se fijó fue en su mano y en cómo brillaba su alianza de matrimonio.
Tal y como había prometido, Peter no se había ido. Estaba de espaldas a ella, mirando por la ventana.
-Supongo que no era así como tenías planeado pasar el día de nuestra boda -comentó Lali.
Peter se giró hacia ella y la miró preocupado, lo que sorprendió a Lali.
-Parece que ya no estás tan pálida. ¿Te duele algo?
Lali negó con la cabeza y Peter sonrió aliviado, se acercó a la cama y la miró.
-Eres una mujer fuerte y nuestro hijo también lo será.
-¿Voy a tener que pasar la noche aquí?
-Sí -contestó Peter-, ¿Tienes hambre?
-No.
-Estoy preocupado por el peso que has perdido y el médico, también -comentó Peter con amabilidad.
-Tener náuseas todo el rato no me permite disfrutar de la comida. Por eso he perdido tanto peso -le explicó Lali-. ¿Tú has comido algo?
-No, estaba tan preocupado por ti que no tengo hambre -contestó Peter.
Lali lo miró a los ojos y suspiró.
-Está bien, mensaje recibido. Intentaré comer un poco.
Efectivamente, Lali consiguió deglutir una comida ligera e incluso saborear una mousse de chocolate antes de volverse a quedar dormida.
Se despertó a medianoche y vio que había luz en un rincón de la habitación.
Peter estaba sentado en una silla junto a la cama y Lali se quedó mirándolo.

6 comments: