Thursday, May 21, 2015

capitulo 62

-Un grupo fue a darse un baño de
medianoche. Cuando se dieron cuenta de
-No... -exclamó ella, abrazándolo con fuerza y entendiendo, al fin, por qué le había costado tanto olvidar a Candela Veltrano.
Remordimiento. Se culpaba por la discusión y por no haber estado en el agua con ella cuando lo necesitó-. Fue un horrible accidente... igual que cuando Pablo se estrelló en su avión. Nadie hubiera podido evitarlo.
-Pero yo no le habría permitido que fuera a nadar después de haber bebido tanto. Eso es indudable -apuntó Peter-. Sin embargo, yo no me recrimino por ello. A Candela le gustaba el riesgo, y casi nunca hacía caso de un consejo.
-Debo parecerte muy aburrida después de ella -Lai se mordió el labio inferior.
-¿Bromeas? -los ojos de Peter chispearon divertidos y, echando la cabeza hacia atrás, soltó una carca-jada -¡Nunca sé que es lo que vas a hacer!
-No volveré a huir de nuestro matrimonio -prometió Lali, sonrojándose.
-No pienso darte ninguna razón para hacerlo, ágape mou -dijo él con voz ronca. Peter capturó sus labios con delicadeza y la angustia que había atormentado a Lali todo el día se diluyó en el olvido.
Lali se levantó a las ocho de la mañana y el lado de la cama de Peter ya estaba vacío. Tras hablar con el médico de su padre, que confirmó que no había ningún cambio, fue a desayunar.
que Candela había desaparecido, era demasiado tarde. Me sentí como si la hubiera matado yo —admitió Peter con sentimiento.
Gimena ya estaba sentada a la mesa del majestuoso comedor. Lali la saludó y su tía la miró con resenti-miento y dos manchas rojizas tiñeron sus mejillas.
-Así que por fin te dignas a visitarnos.
-Si hubiera sabido que papá estaba enfermo, habría venido antes -protestó Lali.
-Mientes. No me mientas -acusó Gimena.
Una ojeada le bastó a Lali para comprender que su tía estaba de un humor intratable. Se tensó y la miró con sorpresa, sin entender su acusación, pero le pareció preferible callar.
En el umbral de la puerta, Peter se detuvo al oír la acusación y miró a Gimena con el ceño fruncido. Pero ella, sin verlo, se concentró en su sobrina.
-Hablé con Tipo después de que tu esposo prescindiera de sus servicios. Me enteré de que habías escapado pocas horas después de la boda...
Sin saber exactamente dónde quería llegar su tía, Lali palideció y comenzó a defenderse rápidamente.
-Todo eso se aclaró. Cometí un error estúpido, pero Peter y yo somos muy felices juntos.
-¿Un error? ¿Así lo llamas? -la mujer griega alzó una ceja-. Permití que Tipo completara la investigación. Descubrió que habías reservado ese vuelo a Londres nueve días antes de casarte con Peter.
Peter, que estaba a punto de hacer notar su presencia, se acercó a Lali con la rapidez de un rayo.
-¿Es eso verdad? -exigió, sin darse tiempo a absorber el significado de lo que acababa de oír.
Lali dejó caer la copa que tenía entre los dedos, y en la mesa se formó un charco de zumo de naranja. Su tía soltó un gritito de sorpresa al ver a Peter, Lali se quedó helada, suspendida en el tiempo y el espacio. La horrorizó que su esposo hubiera escuchado la acusación de Gimena.
-Te he hecho una pregunta -dijo Peter fríamente.
Gimena echó la silla hacia atrás y se puso en pie. Su mirada pasó del rostro desencajado de su sobrina al rostro amenazador de Peter y, murmurando una disculpa, salió de la habitación.
-Peter... -Lali se puso en pie temblorosa.
-Cállate -cortó Peter frío como una cuchilla-. Sabes qué estoy preguntando. ¿Es verdad que reservaste ese vuelo a Londres nueve días antes de nuestra boda?
Lali, percibiendo el silencio como un fantasma amenazador, se retorció interiormente. Era verdad, pero esa verdad podía destruir su matrimonio. Si lo admitía, estaría diciendo que solo había accedido a casarse con él para utilizarlo como medio para escapar de la tiranía de su padre. Estaría confesando que nunca había tenido la intención de ser su esposa ni de vivir con él. Esa confesión, cuando era tan feliz, era demasiado dura.
Lo miró con el corazón a punto de romperse en dos, empapada de sudor frío. Él parecía un felino a punto de saltar, mientras esperaba su
respuesta. Ella habría renunciado a diez años de su vida por no contestar.
-Te lo preguntaré por última vez... -insistió Peter con voz letal-. ¿Es verdad? Lali dejó caer los hombros con impotencia al comprender que no podía evitar una pregunta tan directa. Pálida y temblorosa, entreabrió los labios.
-Sí. Desearía poder decir que es una mentira infame pero, por desgracia para mí... es verdad.
Un segundo después, vio en sus ojos cuanto había temido: asombro, disgusto y, lo peor de todo, dolor e ira por saber lo bajo que había caído, por ese egoísmo que la había llevado a ignorar sus sentimientos. Esa mirada fue el peor castigo que podría haber recibido, y sintió que el
remordimiento y la culpabilidad la atenazaban como nunca antes en su vida.
-Estuvo mal... pero estaba desesperada. Papá no me había permitido salir de la isla en cuatro años. Era una prisionera -razonó Lali, mirándolo fijamente-. No pensaba racionalmente. No podía pensar en cómo te afectarían a ti mis planes...
-¿Ni te importaba? -interrumpió Peter fríamente.
-Fue algo egoísta y estúpido y me arrepiento de haber pensado así... -dijo ella con dolor.
-Seguiste adelante con la boda sabiendo lo que ibas a hacer... -Peter dejó escapar una risotada incrédula-. ¿Cómo pudiste hacerlo? ¿Cómo pudiste entrar a esa iglesia y mentir aceptando esos votos matrimoniales que yo acepté con sinceridad? ¿Es que
tu capacidad de decepción no tiene límite?
-Cambié de opinión en el último minuto...

3 comments:

  1. no quiero que se separen, todo por gimena si no ubiera dicho nada peter no se ubiera dado cuenta de la verdad

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  2. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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