Thursday, May 21, 2015

capitulo 67

-Oh... -gimió Lali, excitada y encantada por su entusiasmo, pero perpleja.
-Si hubieras subido a ese barco, pensaba seguirte y partir al buen doctor en pedazos. No podría dejarte marchar... ¡no podría! -rezongó Peter-. ¿Sabes lo que me dijo cuando le permití que entrara? .
-No... -dijo Lali, intentando entender a qué se refería al hablar del barco. ¿Era posible que la hubiera creído capaz de escaparse con Gaston?
-Dalmau dijo que lo único que le importaba era que fueras feliz, ¡lo hubiera matado con gusto! -exclamó Peter resentido-. Yo también quiero que seas feliz, pero conmigo. Soy tu esposo. Y si no eres feliz a mi lado quiero que te esfuerces para serlo. No encajas con un hombre así. Él no tendría tiempo para zapatos con tacones de diamantes y ositos de peluche.
-Lo sé... Gaston es muy serio y nunca se escaparía con la mujer de otro hombre. Además, está a punto de comprometerse con una enfermera -puntualizó Lali. Peter la miró atónito-. Le tengo mucho cariño. Era amigo de mi hermano y siempre me gustó hablar con él, pero incluso hace dos años sabía que no estaba enamorada de Gaston -admitió Lali-. Es una persona muy especial, buena y amable, pero solo flirteé con él...
-¿Flirteaste...? -repitió Peter anonadado.
-Por eso me sentí tan mal cuando papá creyó que era algo más serio e hizo que lo echaran de la isla.
Todos esos problemas por mi culpa -suspiró Lali con tristeza. Peter cerró la boca con aparente esfuerzo y tomó aire.
-¿Él estaba enamorado de ti?
-Encaprichado, creo, al principio... pero creía que no teníamos lo suficiente en común como para plantearnos un futuro juntos.
-¡Pensé que había venido a declararte amor eterno e intentar que me abandonaras! -exclamó Peter con tono de reproche.
-Y me dejaste acompañarlo hasta el barco, pensando que quizá no volvería -Lali entendió por fin y lo miró incrédula-. ¿Qué clase de marido eres tú? -preguntó con ira. El rubor oscureció los pómulos de Peter-. Soy tu esposa. ¿Cómo pudiste pensar por un momento que me iría con Gaston?
-Quería que eligieras entre los dos -farfulló él-. Nunca me elegiste libremente. No, no lo discutas -añadió al ver los labios de Lali se entreabrían para protestar-. Solo contesta a una pregunta. ¿Te dijo tu padre que tenías que casarte conmigo?
Lali, en silencio, intentó encontrar una manera de evadir la pregunta pero, si no quería mentir, no tenía escapatoria. Con los ojos ardientes, Lali apretó los labios y asintió con la cabeza.
-Debería haberlo sabido -la piel morena de Peter palideció-. Así que tenía razón. No tenías elección y cuando te encontré en el aeropuerto decidiste de repente intentar darle una oportunidad a nuestro matrimonio...
-Haces que suene peor de lo que fue...
-No... no hay nada peor que descubrir que te obligaron a casarte
conmigo -dijo Peter con voz rasgada y profunda.
-Pero... -musitó Lali al ver el dolor de sus ojos. Peter puso un dedo en sus labios para silenciarla.
-Te educaron para que fueras una hija obediente. Sí, inicialmente pensaste abandonarme, pero cuando todo se complicó, cuando me enfrenté a ti... ¿no te resultó más fácil simplemente aceptar nuestro matrimonio?
A Lali la horrorizó captar exactamente lo que Peter llevaba rumiando en su cabeza nueve días. Había colocado todas las piezas en su sitio hasta componer una imagen de ella como víctima impotente a lo largo de toda su relación.
-No... ¡no lo fue! -arguyo con vehemencia-. De hecho, fue una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida. A esas alturas lo de ser una hija obediente no me importaba lo más mínimo. Llevaba años planeando y soñando con encontrar a mi hermana y empezar una nueva vida. Después apareciste tú y, de repente, ya no supe lo que quería. En el aeropuerto solo podía pensar en ti y en cómo te sentirías cuando descubrieras mi huida. Quería estar contigo, esa es la única razón por la que me quedé...
-¿Es eso verdad? -los ojos de Peter se clavaron en los suyos con intensidad.
-No importa cómo empezáramos... solo importa dónde acabemos -musitó Lali-. Y yo solo quiero acabar contigo. Eso es todo. Nada más. Solo tú.
-Tenía tanto miedo de que fuera Gaston... -admitió Peter con el rostro tenso-. Me pregunté... cómo, queriéndote de verdad, podía interponerme en tu camino. ¿Cómo
podía exigirte que siguieras conmigo cuando suponía que te habían obligado a casarte?
«Queriéndote de verdad». Lali sintió miles de mariposas revoloteando en su estómago y lo miró fascinada.
-Creía que enterraste tu corazón con Candela...
-Mi dolor era real, pero se basaba en la culpabilidad. No lo entendí hasta que te conocí a ti -Peter hizo una mueca, pero sus ojos esmeralda buscaron los suyos-. Para cuando Candela murió, nuestro compromiso iba cuesta abajo, pero era demasiado testarudo para aceptarlo. Había roto las relaciones con mi familia por ella, y no quería admitir mi error. Eso no quiere decir que no la quisiera. Estuvimos juntos mucho tiempo...
-Pero ya no querías casarte con ella -intervino Lali con gentileza, admirando su honradez. Sabía lo que no estaba diciendo: si su familia no se hubiera opuesto tanto a la relación, posiblemente no habría llegado a comprometerse con ella.
-Tuve que enamorarte de ti para saber que nunca había estado enamorado antes, ágape mou -confió Peter-. Tú me importabas más que yo mismo. Bastante básica, pero es la mejor definición.
-Y muy especial -susurró ella con lágrimas en la voz.

3 comments: