Saturday, May 23, 2015

capitulo 13

-Ah... -contestó Lali desde otro mundo.
-¿Qué te acabo de decir? -preguntó Peter, dándose cuenta de que Lali no lo había escuchado.
-Algo de los campos de mi padre... -contestó Lali.
-No estabas escuchando -murmuró Peter, satisfecho.
Le encantaba que Lali no pudiera concentrarse estando tan cerca de él. Le encantaba que tuviera la respiración entrecortada y los pezones endurecidos.
Peter se sintió como un pirata que podría haberla tomado entre sus brazos, haberla tumbado en la mesa y haberla poseído de manera tan exquisita y placentera, que Lali se habría convertido voluntariamente en su esclava.
La sonrisa de Peter cautivó a Lali y se preguntó qué sentiría si la besara.
Entonces, de repente, se dio cuenta de lo que estaba pensando y bajó la cabeza avergonzada, sintiéndose una mujerzuela.
-Tengo que volver al trabajo -murmuró ella.
-No es eso lo que te apetece hacer.
-No... -admitió Lali.
-¿En qué estabas pensando? -quiso saber él.
Lali se estremeció.
-Venga, dímelo y no me mientas.
-Me estaba preguntando qué sentiría si me besaras...
Peter murmuró algo en árabe, la tomó de los antebrazos y se acercó a ella. Sentía la sangre latiéndole en las sienes y no podía pararse a escuchar a la vocecilla que dentro de su cabeza le advertía que no debía hacerlo.
-Deja que te lo demuestre...
Acto seguido, Lali sintió aquellos maravillosos labios en la boca. El beso de Peter fue firme y apasionado, pero no lo suficiente como para satisfacer el increíble deseo que Lali sentía en lo más profundo de su ser.
Lali se puso de puntillas y le pasó los brazos por el cuello, acariciándole el pelo. Se sentía como si estuvieran dentro de una tormenta, como si el mundo girara a toda velocidad alrededor de ellos.
La excitación se había apoderado por completo de su cuerpo y ahora lo único que importaba era la potente sensación de tener a Peter tan cerca, pegado a su piel, sentir sus brazos, sus manos y su lengua.
Lali estaba tan entregada a lo que estaba haciendo, que cuando alguien habló en árabe por el interfono no pudo evitar dar un respingo asustada.
-¿Quién es ése? ¿Qué ha dicho? -preguntó.
-Es mi secretario personal y me informa de que ha venido una persona a verme -contestó Peter.
Se hizo el silencio entre ellos.
Lali no se atrevía a mirarlo y, de repente, abrió la puerta que tenía cerca y salió corriendo como alma que lleva el diablo.
A Peter le habría gustado correr tras ella y disculparse, pero lo estaban buscando y era obvio que Lali estaba disgustada, así que sería una locura arriesgarse a que se produjera una escena que lo único que haría sería atraer la atención sobre ella y acrecentar su vergüenza.
¿Qué demonios le había pasado? No entendía cómo había podido perder el control de aquella manera y estaba furioso por ello. Había sido como si su libido se hubiera desbordado y él no hubiera podido hacer absolutamente nada para someterla.

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