Wednesday, May 20, 2015

capitulo 58

Lali apretó los dientes y se
negó a reaccionar en modo alguno.
-Pero claro, eres una Esposito... ¿cómo podrías equivocarte? -remachó Peter con sorna. Sacó una pequeña grabadora y la puso sobre la mesa-. Solo que esta vez, como vas a comprobar, ¡has hecho el ridí-culo!
-¿En serio? -Lali tenía la cara roja como la grana-. ¿Qué va a hacer esa máquina? ¿Paralizarme?
-En mi despacho graban todas mis conversaciones -Peter pulsó el botón con fuerza.
El aparato se puso en marcha. Lali, tensa, escuchó a Peter aceptar la llamada de Euguenia y reconoció la voz profunda de la mujer de inmediato La sorprendió que Euguenia le hablara a Peter en griego. Ella le decía que iba a pasar la noche en Londres y que, como sabía que Peter también estaba allí, esperaba que pudieran encontrarse. Inmóvil como una estatua Lali escuchó el resto de la conversación. La voz de Peter sonó fría y distante cuando comprendió que Euguenia se había instalado en el apartamento, pero ella insistió en que cenaran juntos.
-Déjame en paz -se oyó la voz seca de Peter-. Usa el apartamento esta noche si quieres, pero cuando te vayas deja allí la llave. No iré a visitarte.
-Pero sabes dónde encontrarme si cambias de opinión -ronroneó Euguenia provocativa antes de colgar.
Siguió el silencio.Lali, inquieta, jugueteaba con los extremos del cinturón de la bata. Por dentro, estallaba de júbilo y alivio. Se había equivocado por completo y la hacía inmensamente feliz saber que había juzgado mal a su marido. Todo el peso del dolor con el que llevaba luchando todo el día desapareció en un instante.
-Peter... -fijó los ojos brillantes en él y siguió con tono ronco de emoción-. Yo...
-No -Peter alzó una mano con desprecio-. ¡No te atrevas a pensar ni un segundo que con pedir perdón vas a solucionar algo esta vez!
-Pero sí lo siento... -musitó Lali con sorpresa.
-Dijiste que esperarías en el despacho, me mentiste. Nunca me he quedado con un mujer en la que no confiara. Espero de mi esposa un alto grado de lealtad y honradez. ¡Y tú careces de esas dos cualidades!
-Pero, yo... -a Lali se le cerró la garganta, su condena la había devastado.
-No hay peros que valgan -Peter la miró de arriba abajó con desdén-. Me dejaste plantado cuando lo menos que me debías era escucharme. Al primer problema, ¡destruyes lo que tenemos y te marchas!
-¿Qué se suponía que tenía que creer cuando me encontré a Euguenia en tu apartamento? -exigió Lali emotivamente, intentando defenderse.
-Se suponía que debías creer en mí. Se suponía que debías valorar
nuestro matrimonio lo suficiente para quedarte y discutir la situación como una persona adulta. Pero solo fuiste capaz de acusar y marcharte -acusó Peter-. No te importó nada más. No escuchaste nada de lo que dije...
-Euguenia me dijo que erais amantes...
-Erais es la única palabra operativa. Hace más de dos meses que no la veo, y nuestra relación acabó mucho antes de la boda.
-De acuerdo, tuve una reacción exagerada -Lali empezaba a estar desesperada-. Debería haberte dado la oportunidad de explicarte...
-Pero no hubiera sido suficiente, ¿verdad? –Peter la miró con dureza-. Si Euguenia me hubiera llamado al móvil, no habría podido probar que no íbamos a vernos. ¿Dónde estaríamos ahora si no tuviera una grabación de esa llamada al despacho? -espetó él con tono amargo. Lali se puso blanca como la nieve-. Creo que sin esa grabación, para ti estaría muerto y enterrado. Si no tienes fe en mí, no hay matrimonio para nosotros.
La dureza de su voz hizo que Lali se le encogiera el corazón. Había pasado de un estado defensivo a uno de júbilo, y ahora él la rechazaba. Lo había acusado de algo que no había hecho y se había negado a creer en su palabra. Se preguntó, asolada por el remordimiento, por qué había estado tan dispuesta a juzgarlo culpable. Recordó las maravillosas semanas que habían compartido en París y su felicidad cuando llegó a Londres esa misma mañana. De pronto, lo comprendió todo.
-Verás... -musitó débilmente Lali con voz tensa-. Nunca había sido tan feliz como ahora y, quizá, no podía acabar de creerlo. Cuando Euguenia dijo eso, fue como si todo el tiempo hubiera estado esperando que me traicionaras. Simplemente lo acepté. Me pareció más realista y natural que toda esa felicidad.
Peter la miraba con los ojos entrecerrados y el ceñó fruncido, prestando mucha atención a sus palabras.
-Creo que soy muy cínica, pero no arrogante. Creo que intento protegerme porque me han hecho mucho daño -admitió Lali tensamente-. Crecí en un hogar en el que mi única fuerza era mi orgullo, pero tenía que sacrificarlo para mantenerme a salvo. No estoy acos-tumbrada a poder apoyarme ni confiar en nadie pero... pero puedo aprender.
Peter hizo un esfuerzo por ocultar el efecto que le causaba ese explicación, se sentía como si le hubieran dado un puñetazo en la boca del estómago. Comprendio hasta qué punto su propia infancia, feliz y sin complicaciones, había marcado sus expectativas con res-pecto a la vida y a la gente. Siempre había dado por hecho lo que Lali nunca había tenido: seguridad, con-fianza en que todas sus necesidades serían satisfechas y, por su puesto, cariño. Entenderlo, al fin, lo desoló. Cruzó la distancia que los separaba de una zancada y la tomó entre sus brazos. Ella se tensó, pero se le ace-leró el corazón.
-No quiero tu compasión... -rechazó.
-¿Te vale mi lujuria? -
interrumpió él rápidamente.

11 comments:

  1. toda la razon peter tenia amo como entiende a lali espero el proximo capitulo

    ReplyDelete
  2. quieroooooooooooooooooooo

    ReplyDelete
  3. masssssssssssssss

    ReplyDelete
  4. novelaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ReplyDelete
  5. porfavorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

    ReplyDelete
  6. me encanta la novela siempre me estoy metiendo aver si subes mas ♥

    ReplyDelete
  7. Ayyy menos mal q se reconciliaronn ¡
    ❤️❤️❤️❤️❤️
    Masss

    ReplyDelete
  8. Ahora todo se resolvió, que comprensible Peter al escuchar los miedos de lali de ser feliz

    ReplyDelete