Friday, May 22, 2015

capitulo 1 y 2

SU majestad el príncipe Juan Pedro Lanzani llegó a su preciosa propiedad escocesa poco antes de las ocho de la mañana.
Como de costumbre, todo estaba preparado y arreglado para su llegada con el lujo y el detalle a los que tenía derecho por nacimiento.
Una limusina de cristales ahumados lo había recogido en su aeropuerto privado donde poco antes había aterrizado su avión.
Nadie se había acercado a él en ningún momento, pues de eso se cuidaba mucho su personal, ya que a Peter le gustaba mantener su privacidad y era un hombre muy reservado.
Tras hacerle unas cuantas preguntas al encargado de su propiedad escocesa, Fraser Douglas, que lo acompañaba en la limusina, ambos se habían sumido en un cómodo silencio.
El único camino que llevaba hasta el Castillo Strathcraig era de tierra y serpenteaba durante unos veinte kilómetros a través de praderas verdes rodeadas de montañas azuladas.
El abrumador y majestuoso silencio de aquel paisaje y su maravilloso cielo azul recordaban a Peter el desierto, que amaba con la misma pasión que aquel lugar.
Peter siempre buscaba el resguardo y la fuerza de la naturaleza tras haberse visto sumergido en la frenética vida de la ciudad.
La limusina comenzó a descender hacia el frondoso valle donde estaba situada su propiedad cuando un rebaño de ovejas obligó a detenerse al vehículo. Junto a él también había esperando una mujer de pelo blanco en bicicleta.
Al llegar a su lado, Peter giró la cabeza y se dio cuenta de que no se trataba de una mujer mayor, sino de una chica muy joven de pelo rubio platino y no blanco. Se trataba de una joven delgada y graciosa de enormes e inteligentes ojos y boca grande y atractiva.
A pesar de que no llevaba ropa elegante, nada podía ocultar que tenía un cuerpo tan puro y bello como el de aquel ángel que Peter había visto una vez en un manuscrito.
Sin embargo, no hubo nada de angélico en la instantánea descarga de deseo que Peter sintió por aquella mujer y que fue tan intensa, que lo sorprendió, ya que hacía mucho tiempo que no se sentía atraído tan fuertemente por una mujer.
-¿Quién es esa mujer? -le preguntó al encargado del castillo, que estaba sentado frente a él.
-Lali Esposito, majestad -contestó Fraser-. Me parece que está contratada como doncella de limpieza en el castillo -añadió al ver que el jeque no se daba por satisfecho.
A Peter jamás se le ocurriría acostarse con una empleada y enterarse de que trabajaba para él de criada lo molestó sobremanera, pues era un hombre muy exigente en sus gustos.
-No la había visto nunca -comentó.
-A Lali Esposito no le gusta llamar la atención -contestó Fraser.
-Pero supongo que estará acostumbrada a llamarla, teniendo en cuenta lo bella que es -comentó Peter.
-No creo porque, por lo visto, su padre es un tipo muy religioso con fama de ser muy rígido en casa -le explicó haciendo una mueca de disgusto.
Al darse cuenta de que la estaba mirando fijamente, Peter apartó la mirada justo en el momento del que el vehículo iniciaba la marcha de nuevo.

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