Monday, May 25, 2015

capitulo 25

Inmediatamente, él le desabrochó la blusa y el cinturón de los pantalones. A continuación, la volvió a sentar sobre su regazo y se los quitó sin dejar de besarla.
-¡Cuánta ropa llevas! -comentó besándola por el cuello.
Al sentir sus senos expuestos cuando el sujetador cayó al suelo, Lali no pudo evitar taparse los pechos con las manos y tensarse.
Peter se quedó mirándola estupefacto, la echó hacia atrás e hizo que apoyara la cabeza en las almohadas.
-Supongo que tendrás experiencia, pero si estoy confundido, por favor, dímelo porque no me acuesto con vírgenes -murmuró Peter tumbándose a su lado en la cama.
Lali evitó mirarlo a los ojos durante unos segundos. Era consciente de que, si le decía la verdad, no se acostarían con ella y ella no podría soportarlo.
-No soy virgen -mintió a toda velocidad.
-Eres muy tímida... -insistió Peter.
-¿Y qué?
-Y nada.
-¿Te importaría cerrar las cortinas?
-¿Sólo haces el amor a oscuras? -preguntó Peter enarcando una ceja.
Lali asintió con vehemencia y Peter cerró las cortinas, no sabiendo si reírse a carcajadas o si sentir una profunda ternura por aquella chica.
Ya en la oscuridad, Lali se levantó de la cama, tropezó con las ropas que había tiradas por el suelo y cayó, pero no le dio tiempo de cubrirse de nuevo cuando Peter encendió la lámpara que había en la mesilla y se quedó mirándola.
-¿Por qué te empeñas en ocultar la perfección de tu cuerpo? -le dijo tomándola entre sus brazos de nuevo, devolviéndola a la cama y acariciándole los pezones erectos.
Lali sintió que el calor líquido del deseo serpenteaba hasta su pelvis.
-Peter... -murmuró Lali acariciándole el pelo.
-Me encanta cómo dices mi nombre... -dijo Peter quitándose la corbata y la chaqueta.
Anonadada, Lali se quedó mirándolo. Aquel hombre tenía un maravilloso torso fuerte y musculoso y unas abdominales muy masculinas.
Cuando se quitó los pantalones y se quedó en calzoncillos, Lali sintió que se ponía roja como la grana y, cuando Peter se quitó los calzoncillos mostrando su erección, Lali ya no pudo más y cerró los ojos.
-Yo no soy nada tímido -comentó Peter.
-Ya lo veo -murmuró Lali.
-Sin embargo, tu timidez me resulta atractiva.
-Oh...
-Oh... -volvió a burlarse Peter.
A continuación, se tumbó a su lado y comenzó a acariciarle los pechos hasta llegar a su vientre y bajar por sus muslos mientras con la boca seguía la misma estela, haciendo gemir de placer a Lali, que no dudó en arquear la espalda.
El nudo de deseo que sentía en el bajo vientre era cada vez mayor. Peter le separó las piernas, explorando los rizos rubios que ocultaban su monte de Venus y trazó el perfil de los pliegues de su feminidad, caliente y húmeda.
Lali no podía dejar de moverse, no podía dejar de echar las caderas hacia delante.
-Oh, sí... -dijo Peter satisfecho introduciendo un dedo en el interior de su cuerpo.
-Por favor...
-Espera un poco -jadeó Peter.
A continuación, jugueteó con su cuerpo hasta hacerla suplicar y, cuando Lali creía que ya no iba a poder sentir más placer, Peter se colocó sobre ella y la penetró con dulzura.

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