Sunday, May 31, 2015

capitulo 16 y 17

—Y sé que no te ofenderás si te admito que, después de haberlo pensado con mucho cuidado, me alegro de que hayas decidido que no somos adecuados el uno para el otro. Sigo deseando tener una esposa que me reciba cada noche cuando llegue a mi casa. Me siento solo —admitió sin sentimentalismo—, pero tú eres demasiado joven como para embarcarte en un tipo de matrimonio como ése. Me temo que mi proposición fue egoísta, pero por favor, no te sientas incómoda conmigo por haberla hecho.
Su amistad y comprensión enternecieron a Lali.
—Y también espero poder seguir hablando como amigos —continué Benjamin. Lali... por tu
propio bien, empieza a vivir el presente y olvida que Peter ha existido alguna vez. Es la única forma de superarlo y sé de que estoy hablando.
Tanto el recuerdo como el consejo le hicieron a Lali morderse el labio inferior. La mujer a la que Benjamin habia amado había correspondido a sus sentimientos, pero se había echado atrás ante la perspectiva de convertirse en la mujer de un pastor. La relación había pasado por meses amargos hasta que Benjamin había conseguido la fuerza de terminarla definitivamente
—Yo no sigo enamorada de Peter, Benjamin —Lali alzó la barbilla con fiero orgullo-. De hecho,
me desagrada y hasta lo desprecio.
—Sin embargo, te ha transformado en una persona diferente ahora que has estado con él — Benjamin suspiró—. Te utiliza como a un juguete y después te deja trémula como un alma perdida. Lali se estremeció como si una mano de hielo le acariciara la espina dorsal.
—Esa no es una analogía muy reconfortante
—Pero es cierta. No te olvides de que yo fui espectador del efecto que te produjo la primera vez. Te he visto así antes.., un día lo amabas y al siguiente lo odiabas con la misma pasión.
Lali se puso pálida y apreté el brazo del sillón hasta que los nudillos se le pusieron blancos. No tenía deseos de recordar aquellos oscuros días en que la agonía de la humillación casi la había desgarrado
—Por desgracia, nadie te dio un consejo imparcial-dijo arrepentido Benjamin... La gente en la que confiabas te animó a tomar una actitud hostil por razones propias.A tu padre le desagradaba Peter y quedó encantado y tu madre le apoyó. Y esa chica, Cande, tu supuesta mejor amiga... —Benjamin apretó los labios antes de proseguir—. Cande estaba amargamente celosa de ti desde el día en que conociste a Peter y desde luego no fue nada objetiva.
Lali se puso rígida a la defensiva.
—Yo sabía exactamente lo que estaba haciendo, Benjamin, y la opinión de otras personas no me
influyó.
—Bueno... Ya he dicho suficiente por ahora y tengo que hacer otra llamada antes de terminar la tarde —Benjamin se levantó con calma—. ¿Pero se te ha ocurrido pensar que, si le hubieras dejado a Peter explicar su versión, todo habría sido menos doloroso?
Lali recordó su consejo. Benjamin le había sugerido que hablara con Peter, pero ella se había sentido profundamente ofendida por que él no tomara en cuenta que ella era la víctima. Sólo cuando había llegado a conocer mejor a Benjamin, había empezado a entender que siempre era sincero y desde luego un amigo que merecía la pena.
Salió a despedirle hasta el coche. Benjamin le hablé animado acerca de sus vacaciones de seis semanas y de la visita a sus familiares a Nueva Zelanda. Llevaba ahorrando mucho tiempo para hacer el viaje y estaba entusiasmado.
Mientras Lali se preparaba para meterse en la cama, comprendió que Benjamin no había hecho una sola referencia al pleito de su hermano Vico. Y si embargo, había simpatizado con él hasta que le había contado la revelación de Peter. Quizá Benjamin pensara ahora que el tonto de su hermano tenía lo que se merecía por gastarse el dinero del crédito. Pero a Lali le dolía la situación de Vico y de su familia.
Vico siempre había sido honrado y se había estremecido cuando ella le había presentado la acusación de fraude. Al final había admitido que no había tenido intención de cometer fraude y que no había pensado que no pudiera utilizar el dinero para lo que quisiera. Pero tampoco había estudiado las cláusulas del contrato de préstamo, una admisión que hizo que a Lali, secretaria en un despacho de abogados, le rechinaran los dientes de exasperación.
A la mañana siguiente, Lali se sentía aún más cansada que el día anterior. Condujo las cinco millas que la separaban del pequeño centro comercial de la ciudad donde estaba el bufete de abogados y subió las escaleras con pesadez. Su jefe, el señor Woods, con muy poca paciencia para los errores, la recibió con un amplio dossier que debía mecanografiar de nuevo por haber escrito mal el nombre del cliente.
Poco antes de la una, oyó unos pasos en las escaleras y alzó la mirada con un fruncimiento de
ceño esperando que no fuera un cliente porque al señor Woods no le gustaba que saliera a comer si había alguien en la oficina. Por otra parte, a pesar de la hora que saliera, él siempre imponía que estuviera de vuelta a las dos.
La puerta de cristal opaco se balanceó y apareció Peter en el umbral. Conmocionada, Lali sintió un vuelco en el corazón y una oleada de pánico. Estaba devastadoramente atractivo con aquel soberbio traje gris que resaltaba sus poderosos hombros y sus estrechas caderas. El pelo negro le brillaba como la seda y lo tenía retirado hacia atrás, la seda blanca de la camisa acentuando el tono de su piel. Todo le decía que no debía, que no podía volver a sentir aquella oleada de atracción.
Los ojos verdes descansaron en ella antes de esbozar una sonrisa de lobo.
-¿Estás libre para comer?
—¿Co... comer? —preguntó Lali con incredulidad ante de humedecerse la lengua con los labios mientras luchaba por suprimir una terrible oleada de excitación.

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