Saturday, May 23, 2015

capitulo 15

Lali había llegado incluso a sustituir con asiduidad al organista en la iglesia, pero cuando la gente había comenzado a comentar lo bien que lo hacía, su padre había decidido que la música era una frivolidad, había vendido el piano y le había prohibido volver a tocar.
Aquello le había roto el corazón a su madre y había sido entonces, aquel mismo día, cuando Lali se había jurado que algún día tendría un piano propio que podría tocar tantas horas al día como le diera la gana.
En aquel momento, apareció un hombre y le pidió que pasara a la sala a limpiar un servicio de té que había caído al suelo. Lali asintió, agarró un trapo y rezó para que no se hubiera manchado una de las valiosas alfombras del castillo.
Afortunadamente, sólo se había derramado un poco de leche sobre el suelo de madera y Lali no tardó nada en recogerlo.
Cuando se incorporó, el hombre había desaparecido y Lali se encontró en un precioso salón lleno de flores.
Cuando se disponía a retirarse, se abrió otra puerta y apareció Peter. Lali no pudo ni moverse del sitio. Estaba tan guapo, que no pudo evitar quedarse mirándolo fijamente.
-Espero que me perdones por haber dispuesto este encuentro.
-¿Lo tenías planeado? -se sorprendió Lali.
-Sí, quería hablar contigo a solas. Quería verte, quería pedirte perdón por cómo me comporté el otro día. Lo que hice fue inapropiado, una equivocación por mi parte. Lali lo miró con la boca abierta.
-Pero yo...
-Tú no tuviste absolutamente ninguna culpa.
Lali quedó gratamente sorprendida al comprobar que Peter no se había dejado llevar por el orgullo sino que, lejos de ello, había querido verla para pedirle perdón. Seguramente, cualquier otro hombre en su posición, no se habría tomado la molestia de hacer eso por una empleada.
-Yo también tuve mi parte de culpa -insistió Lali.
-No, tú eres muy joven y la inocencia no es ninguna culpa —murmuró Peter con amabilidad.
Lali lo miró a los ojos y Peter recordó la tarde en la que se habían conocido, aquel momento en el que se había fijado en su pelo dorado y sus ojos como negros y se dijo que debía comportarse como un hombre adulto y no como un adolescente que no puede dejar de pensar en la chica que le gustaba.
-Yo...
-Supongo que no querrás que la gente se entere de que has estado a solas conmigo, así que no es inteligente que nos quedemos mucho tiempo charlando -la interrumpió Peter.
Lali bajo la cabeza avergonzada.
-No me gusta que hagas trabajos tan duros porque no pareces muy fuerte -comentó Peter.
-Te aseguro que soy fuerte como un caballo percherón -rió Lali-. Aunque no quede muy bonito decirlo...
Peter se quedó mirándola unos segundos, hasta que pudo reaccionar y sacarse del bolsillo una tarjeta de visita.
-Si alguna vez necesitas ayuda, no dudes en llamarme a este número.

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