Friday, June 5, 2015

capitulo 2

Llevaba unas zapatillas de lona que no hacían ruido. Abrió la puerta doble y cruzó toda la habitación para vaciar la papelera. Entonces se dio cuenta de que la oficina contigua estaba ocupada. La puerta estaba entornada, y de ella salían inequívocas voces masculinas.
Por lo general en un caso como aquél Lali hubiera anunciado su presencia, pero tras la advertencia de Emilia decidió que era más inteligente retirarse en silencio. Lo último que deseaba era causarle problemas a su compañera. Justo cuando estaba a punto de salir escuchó pisadas que se acercaban por el corredor desde la zona de recepción. Aquello le produjo casi un ataque al corazón.
Sin pensar siquiera en lo que hacía se escondió detrás de una de las dos puertas. El corazón le latía acelerado. Las pisadas fueron acercándose, y de pronto se detuvieron justo al Iado de la otra puerta. Lali contuvo la respiración. En aquel silencio pudo escuchar palabra por palabra la conversación que aquellas dos voces masculinas mantenían en la oficina contigua:
- ... así que mientras yo siga fingiendo que me interesa comprar Danson Components la Palco Technic se mantendrá igual -murmuraba una voz satisfecha-, pero en cuanto se abra la bolsa el miércoles por la mañana moveré pieza.
Lali escuchó cómo el intruso, cuyas pisadas había oído, contenía el aliento. Era una estúpida. ¿En qué diablos había estado pensando? El carrito con los utensilios de limpieza estaba fuera, delante de la puerta, como prueba evidente de su presencia. Sin embargo el intruso ni avanzó ni entró en la habitación. Para sorpresa y alivio de Lali volvió sobre sus pasos por el corredor con mucha más cautela de la que había entrado. Lali volvió a respirar de nuevo. Estaba saliendo de su escondrijo, de puntillas, cuando la puerta de la oficina contigua se abrió apareciendo un hombre tremendamente alto de aspecto alarmante. Lali se quedó helada, se ruborizó y abrió inmensamente los ojos negros. Unos ojos más verdes que el safiro la miraron desafiantes y agresivos.
-¿Qué diablos estás haciendo tú aquí? - gritó incrédulo e irritado el hombre de ojos verdes.
-Ya me marchaba...
-¡Estabas detrás de la puerta, escuchando! -arremetió de nuevo lleno de ira.
-No, no estaba escuchando -contestó Lali atónita ante tanta agresividad.
De pronto lo reconoció y se puso completamente tensa. Nunca lo había visto antes, pero había un enorme e indecente retrato de aquel tipo en el vestíbulo de la planta baja. Aquella foto era el blanco de numerosas bromas y comentarios
femeninos. ¿Por qué? Porque Juan Pedro Lanzani era terriblemente atractivo.Juan Pedro Lanzani, conocido popularmente como Peter, era el millonario griego, despiadado y falto de escrúpulos, que dirigía Lanzani  lnternational. De pronto Lali comprendió que se había confundido de puertas y se sintió enferma. Su empleo y el de Emilia estaban en la cuerda floja. Tras Peter Lanzani apareció un hombre mayor de pelo cano. Al verla frunció el ceño y sacó un teléfono móvil.
-No es la mujer que limpia siempre esta planta, Peter. Voy a llamar a seguridad de inmediato. -No hace falta -protestó Lali muerta de miedo-, yo sólo he venido a sustituir a Emilia esta noche, eso es todo. Lo siento, no pretendía interrumpir... ya me iba...
-Pero tú no tienes por qué subir aquí -dijo el hombre mayor.
Peter la escrutaba con mirada intensa, con ojos verdes tan brillantes que la ponían nerviosa.
-Estaba escondida detrás de la puerta, Alejo.
-Un momento, puede que pareciera que estaba escondida detrás de la puerta, pero ¿para qué iba a hacer eso? -argumentó Lali, desesperada-. No tiene sentido, yo sólo soy del servicio de limpieza. Comprendo que he cometido un error al venir
aquí, y lo siento de veras, pero... me iré ahora mismo.

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