Wednesday, September 9, 2015

capitulo 18

-Te devolveré todo lo que gastes en mí -aseguró con toda la frialdad que pudo.
El coche los dejó en Teeside, donde cogieron el avión hacia Londres. Para Lali era su primer viaje en avión, hecho que conmovió a Peter. En Gatwick los recogió otro automóvil, en el cual se dirigieron al Dorchester. Después de almorzar en un lujoso restaurante, siguió a Peter hacia la recepción, y durante todo ese tiempo, se sintió demasiado consciente de su falta de elegancia.
-¿Una suite? -musitó en el umbral mientras Peter le daba una propina al botones-.
Una habitación normal habría sido suficiente, Peter.
Le acaríció la mejilla y los inquietos ojos de Peter se suavizaron.
-Quiero que estés a gusto, Lali. Hannah ya te ha concertado algunas citas, las cuales te mantendrán ocupada durante un par de días. Ella no tardará en llegar.
-¿Hannah?
-Mi secretaria. Te agradará. Y otra cosa, Lali -cerró la puerta de la habitación-, no te preocupes por el dinero, no quiero que me lo devuelvas. Eres de la familia, y éste es un trato.
-Los tratos son algo infantil -argulló ella, ruborizada.
-No te conviertas en un problema -sugirió Peter con frialdad-. Si tengo que llevarte a París y casarme contigo, no voy a llevarte vestida como una huérfana de hospicio. Sé que decírtelo es una rudeza, pero es necesario.
Lali sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas. Acostumbrado como estaba a la compañía de damas muy hermosas y elegantes, a Peter le avergonzaba que lo vieran en público con ella.
-¿Piensas que te culpo a ti? -preguntó Peter al levantarle el rostro con firmeza por la barbilla-. Si Adam nunca te proporcionó suficiente dinero para el gasto de la casa, mucho menos para ti misma. Por lo tanto, si no sabes arreglarte, no es culpa tuya, pero no hay ninguna necesidad de que sigas igual.
Lali deseó que se la tragara la tierra.
-Si te quitas tus horribles gafas y te cambias de peinado, creo que tienes muchas posibilidades de estar guapa.
-¿Se supone que debo darte las gracias? -preguntó ella enfurruñada.
-Por Dios, Lali, ¿crees que me importa lo que hagas? -replicó él-. Despide a Hannah si así lo quieres y dedícate a compadecerte a ti misma. Pero si eres mujer, debes olvidar tu mal entendido orgullo y darte cuenta de que ahora es tu gran oportunidad.
«¡Arrogante!», pensó Lali.
-A Benjamin le gusto como soy.
Peter se volvió hacia ella, y en sus labios jugueteó una perturbadora sonrisa.
-Es posible que desees algo más que a Benjamin una vez que adquieras cierta confianza -fue su cínico comentario antes de cerrar la puerta.
Lali estaba furiosa. Sólo porque Benjamin no provenía de un ambiente pudiente era despreciado; aunque la opinión de Peter no debería importarle. Después de todo,
dentro de pocas horas se encontraría con Benjamin; le daría una gran alegría al ir a buscarlo a su casa.

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