Como siempre, su aspecto era devastador. Siempre le resultaba tremendamente atractivo. La sensación era familiar, por lo tanto no le producía incomodidad.
-Peter...
Él se volvió hacia ella.
-Gracias -musitó Lali.
-No es mérito mío -respondió él con tono cortante, como si algo lo hubiese molestado.
Ella no sabía qué podría haberlo molestado y se sintió dolida por la brevedad de su estancia. Quizá la noche anterior se hubiese sentido aliviado al encontrarla dormida, pues así se había librado del sacrificio de salir en su compañía.
Ahora debía olvidar esas tonterías y concentrar sus pensamientos en Benjamin, a quien lo más probable era que viera esa noche. Parecía increíble que hubiese transcurrido tan poco tiempo desde que él había empezado a trabajar en Ranbury. Quizá ese lapso le había parecido más largo debido a las muchas cosas que habían sucedido desde entonces.
Se había llegado a acostumbrar a sus alegres saludos cuando ella salía a dar sus diarias caminatas matutinas, y tal vez las cosas no habrían llegado a más si Benjamin no hubiera tropezado con ella un día al salir de una de las tiendas de la aldea, y la hubiera invitado a almorzar. Durante el almuerzo, le contó que él se sentía solo lejos de su familia y sus amigos; frustrado por el desdén con que Roy Baxter acogía sus innovadoras ideas. Cuanto más tiempo pasaban juntos, Lali sentía que sus sentimientos cada vez eran más profundos. Un día, Benjamin dijo que deseaba casarse; actitud que a ella le gustó mucho, en especial cuando en la actualidad hay tantos hombres interesados sólo en las relaciones sin compromiso. Y él no se rió ni la miró condescendiente al decirle ella que era su primer novio.
Enamorarse fue muy fácil. Ellos formaban una pareja perfecta; a ninguno le gustaba mucho salir y ambos eran algo tímidos. Mas a Adam esas relaciones no le parecieron tan buena idea.
-Así que él cree que ha pescado una buena presa, ¿eh? -comentó el viejo de manera muy desagradable-. Pues pronto averiguará su error.
A la mañana siguiente, Benjamin ya se había ido. En su primera carta explicó que no había querido provocar una escena al acercarse a la casa antes de marcharse y por eso no había ido a despedirse de ella. El ser despedido, con toda seguridad, fue una experiencia de lo más humillante para él, ya que no era una persona que supiera enfrentarse a la tensión o a la hostilidad. Ignorante de las tácticas chantajistas de Adam, Maisie insistió en que Benjamin no debió haberse ido de Ranbury sin Lali. Ésta se limitó a sonreír. Benjamin no tenía nada que ofrecerla, no obstante, Lali se hubiese sentido menos abandonada en aquel entonces si le hubiera pedido que se fuera con él. Pero Benjamin no era como Peter, ni nunca había pretendido serIo.
Hannah llegó puntual y sugirió que su primera visita fuese a Harrods.
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