Wednesday, September 9, 2015

capitulo 20

-Lali, tienes un aspecto fabuloso -expresó Hannah con entusiasmo al verla después. Lali no había podido admirar aquella obra de arte, pues se le habían roto las gafas al haberse caído al suelo. No le dio mucha importancia al comentario de Hannah, ya que pensó que quizá hablaría así por instrucciones de su jefe.
Por desgracia, una vez de regreso en el hotel, ya fue demasiado tarde para volver a hacer el intento de llamar a Benjamin, por lo que suspiró y se dirigió hacia el cuarto de baño para mirar su nuevo aspecto. Casi pegándose al espejo, se quedó maravillada de lo que el maquillaje y su nuevo peinado hacían por ella. Parecía bonita, y sus hermosos y grandes ojos negros resaltaban con reflejos dorados en un rostro enmarcado por un moderno peinado corto en una atractiva cabellera color castaño oscuro.
La cena le fue llevada a su habitación y, al terminar de comer, Lali se puso un camisón estampado y se dedicó a ver la televisión durante un rato.
Pero estaba muy cansada y pronto se quedó dormida.
-El desayuno... ¡Cielos, pareces un oso panda! -se burló una voz familiar, y ella se despertó sorprendida y vio a Peter llevando una bandeja.

Lali pensó sorprendida que no se encontraba en el sillón en el que se había quedado dormida la noche anterior, sino en una cama.
-¿Por qué no quitaste anoche la llave de la puerta? -preguntó Peter, mientras abría las cortinas-. Vine anoche para invitarte a salir a algún sitio, y la llave estaba en la puerta, como una clara invitación para que cualquier malhechor se introdujera en tu habitación. Por suerte, quien la vio fui yo.
-¿Y fuiste tú quien me acostó?
-Ni siquiera te moviste -le informó él con una sonrisa maliciosa-. No tengo la culpa de que tengas el sueño tan pesado. Anda, toma tu desayuno. Hannah vendrá dentró de una hora.
-No me hables como si fuera una niña -rogó ella y él la miró fijamente al rostro.
-Con toda esa pintura corrida alrededor de los ojos, pareces una niña pequeña que ha estado jugando con el maquillaje de su madre. ¿Por qué les permitiste que te cortasen tanto el cabello?
Lali se pasó una mano por los alborotados mechones -Me gusta. ¿A ti no?
-Te da un aspecto muy diferente. Quizá a Benjamin no le guste. ¿Ya te has puesto en contacto con él?
-Lo llamé dos veces por teléfono, pero no me contestó nadie -titubeó Lali, pues no deseaba hablar de Benjamin con un interlocutor tan crítico-. ¿A dónde pensabas llevarme anoche?
Él tenía la mirada fija en la suave boca de ella, y el aire estaba impregnado de una extraña tensión. Entonces él se encogió de hombros y el hechizo desapareció.
-No lo había decidido -se encaminó hacia la puerta-. Quizá nos veamos más tarde.

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