-Debes estar preguntándote por qué he venido a recogerte al pie del avión -dijo Mariano e hizo una pausa para tratar de crear interés en sus palabras-. Quería darte las gracias personalmente por la oportunidad que me diste el año pasado para encauzar mi vida.
Peter lo miró fijamente con expresión neutra. Estaba sorprendido de que su primo hablara con tanta confianza en presencia de Tacho.
-Si así es, me alegro por ti -murmuró Peter sonriente. Aunque no daba crédito a sus palabras, en el fondo, se sentía satisfecho.
-¿Vendrás a cenar con nosotros esta noche antes de irte? -preguntó Mariano con entusiasmo.
Peter tenía otros planes para aquella noche. Tenía una cita con su última conquista en su apartamento. El modo perfecto de acabar un día de trabajo y de reuniones era una larga sesión de sexo entre sábanas de seda con una mujer que estaba dispuesta a hacer realidad todos sus deseos.
A su pesar, desechó aquel pensamiento y maldijo su apetito sexual. Mariano se merecía un reconocimiento de sus logros.
Antes de llegar al apartamento que Gimena y Nicolas tenían a las afueras de la ciudad, Lali se propuso ser paciente y evitar discutir con su hermana.
Por eso, cuando Gimena hizo comentarios sobre su delgadez, Lali sonrió y no dijo nada, recordando su secreta obsesión de comer galletas para lograr que su pecho aumentara. Más tarde, cuando Gimena se horrorizó al ver las uñas descuidadas de Lali, tampoco dijo nada y trató de esconder las manos bajo la mesa. También tuvo que contenerse cuando Gimena le sugirió que los vaqueros y la camisa que llevaba puestos le hacían parecer un muchacho.
A pesar de que Nicolas estaba sentado con ellas a la mesa, era como si no estuviese. Era evidente que se sentía incómodo con su novia y la hermana menor de ésta. Una y otra vez, había intentado cambiar el tema de conversación consciente de lo hiriente que Gimena podía llegar a ser, pero ésta había continuado haciendo desagradables comentarios sobre su hermana.
Lali lanzó una rápida mirada a Nicolas. Se le veía enfadado, tenso y avergonzado. Al igual que ella, Nicolas desconocía el motivo por el que Gimena parecía disfrutar haciéndole toda clase de comentarios despectivos e incomodarla por cualquier cosa.
Después de todo lo que había pasado, lo normal hubiera sido que Lali fuera la que estuviera molesta.
Tres años atrás, Lali y Nicolas habían estado a punto de comprometerse cuando Gimena anunció que estaba embarazada y que Nicolas era el padre del hijo que esperaba. Desde ese momento, se había dedicado a hacerles la vida imposible a los dos. Sus padres trataron de tranquilizarla y hacerla olvidar a Nicolas. Y lo había intentado; era demasiado orgullosa como para aferrarse a un hombre que la había engañado y se había acostado con su hermana, sólo porque era mucho más guapa que ella. Además, había decidido no hacer un drama de aquella situación para evitar problemas
familiares. Por desgracia, todavía no había logrado aprender a vivir sin su amor.
massssssss
ReplyDeleteotro esta buenisima la novela
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