No era el mejor momento para intentar razonar con él. Peter había oído su conversación con Emilia y había escuchado el tono calculador que utilizó. Era posible que Emilia no hubiera sido la madre que ella hubiera deseado, pero Lali había aprendido algo que era como una llaga en el corazón.
Vio que su madre había comprendido la miseria de su hija cinco años antes, y la habría ayudado, si Lali la hubiera dejado. De haber ocurrido así, habrían tenido una relación más estrecha. Por lo menos en eso, tenían algo en común.
-Yo no soy lo que tú piensas -le dijo Lali, levantando la cabeza, para mirar a Peter, todavía sentada en la cama-. Ojalá pudiera aclararte más eso, pero justo en este momento...
-Justo en este momento, me dirías cualquier cosa que se te viniera a la cabeza. Sin respiración, Lali clavó los ojos en Peter, viéndolo quitarse los calzoncillos, sin ningún tipo de inhibición. Víctima involuntaria de un ataque de timidez, apartó su mirada de la manifestación más flagrante de su masculinidad. Siempre se había preguntado cómo sería, y en aquel momento tenía la oportunidad de satisfacer toda su curiosidad.
-Peter... -susurró ella.
-Olvídalo. No te hagas ahora la tímida conmigo -interrumpió Peter, echándose en la cama, al tiempo que la agarraba de los brazos y tiraba de ella-. Ninguna mujer que presume del número de hombres con los que ha estado y me ofrece que haga con ella lo que yo quiera en la cama, sin pararse a pensar que puedo querer algo que ella no puede darme...
-¿Qué quieres? -preguntó Lali horrorizada, a escasos milímetros de sus ojos verdes.
-A lo mejor puedes enseñarme alguna cosa...
-En estos momentos no me apetece mucho...
-Yo haré que te apetezca, cara. También creo que te tendría que haber metido la cabeza en un pilón anoche, para que se te hubiera pasado la borrachera. No te mereces ni mis cuidados, ni mi respeto.
La soltó y la agarró por la cintura.Lali se quedó inmóvil, con un nudo en la garganta y el corazón palpitante.
Peter recorrió con su lasciva mirada todas las curvas de su cuerpo. Con una mano le agarró el pelo y muy lentamente la obligó a que apoyase la cabeza en la almohada. Después le cubrió el pecho con una mano. Lali se estremeció. Sintió el calor de su cuerpo contra el de ella y sus dedos empezaron a acariciarle los pezones.
A través de su boca se escapó un suspiro, echó la cabeza para atrás y se abandonó a las sensaciones de su cuerpo. Cuando él bajó la cabeza y empezó a chuparle y morderle con delicadeza la parte del cuerpo donde habían estado sus manos, Lali gimió.
-Eres una mujer muy tentadora, Lali -suspiró Peter, con voz rasposa-. Te entregas de forma increíble al placer.
Aquel comentario la hizo sentir vergüenza. Abrió los ojos y vio a Peter mover su mano. Le quitó el albornoz y lo tiró al suelo. Apartó el edredón y la echó en las sábanas perfumadas con romero.
-Romero para la fertilidad. Algo de lo que no me tengo que preocupar contigo...
A Lali se le extravió la mirada. Sintió que sus mejillas ardían. No estaba escuchando. Estaba pidiendo a gritos que él pusiera fin a aquel deseo que la estaba abrasando por dentro, que terminara con lo que había empezado hacía ya cinco años. Hacer el amor con Peter sería como pasar una página en su vida.
-Me encanta cuando te sonrojas -le dijo Peter, apartando la sábana con la que ella se había cubierto.
ay se biene el rock jajaj lo e esperado
ReplyDeleteMaasss
ReplyDeleteotrooooooo
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