Saturday, September 5, 2015

capitulo 53

¿Cómo era posible que estuviera enamorada de un hombre al que sólo le interesaba satisfacer su lujuria? ¿Cómo podía amar a un hombre que no tenía en cuenta las emociones?
Aquél era el lado oscuro de la personalidad de Peter, un lado que ella nunca había visto y que nunca sabía que pudiera existir. Un hombre que no dejaba que nadie se escapara sin su castigo, que no perdonaba la avaricia, ni el engaño. Y sin esos principios, seguro que Peter le habría parecido menos atractivo.
Se aclaró la garganta y le preguntó lo primero que se le vino a la mente.
-¿Quién es Melina?
Peter la miró con cara de preocupación.
-Una amiga, a la que mi madre quiere como una hija.
-¿Y Pablo...? ¿Era tu hermano? -le preguntó-. Nunca me comentaste que tenías un hermano-comentó Lali.
-Pablo murió un año antes de que te conociera a ti. Era diez años mayor que yo -admitió Peter.
-¿Qué pasó?
Durante varios segundos de tensión, Peter fijó su atención en la ventana. A continuación se encogió de hombros, con menos fluidez que la usual.
-Pablo me llevó a escalar una montaña de los Alpes. Hacía un tiempo horroroso y hubiera sido mejor abandonar. Pero Pablo no se dejaba vencer por los elementos. Nos cayó encima una avalancha y salvó mi vida a costa de la suya.
-Oh, Dios... -exclamó Lali, quedándose sin palabras. Lo que más le hubiera apetecido en aquellos momentos, era abrazarlo, para tratar de reconfortarlo, pero estaba convencida de que él la rechazaría-. Eso debió ser un golpe muy duro para tu familia...
-Sí... de la montaña bajó el hijo que ellos no querían...
-No digas eso -suplicó Lali-. Seguro que tus padres no piensan eso...
-¿No oíste la opinión de Sonia sobre mi valía, comparada con la de mi hermano?
Lali no pudo mirarlo a los ojos.
-Y Pablo era un hombre maravilloso. Mi madre lo adoraba. ¡Y yo también! -gritó Peter-. Era una persona muy querida por todos. Cuando murió, dejó un gran vacío en nuestras vidas y mi familia dejó de estar unida. A mí me empezaron a comparar con él. Mi madre nunca me perdonó por sobrevivir a costa de Pablo.
Lali evitó su mirada, porque ella también creía que era eso lo que pensaba Sonia.
Por primera vez entendió la razón por la que iba con tanta frecuencia a Cerdeña, a visitar a su abuelo. El padre Lanzani había sido un hombre muy práctico. Peter había sido tratado como un paria por sus padres, cuando sólo era un adolescente. A aquella edad, seguro que le reconfortaba el afecto de aquel hombre, quien le aseguraba una y otra vez que lo que le había ocurrido a Pablo no era su culpa.
Aquella imagen la conmovió, pero también se sintió herida, porque por una vez había compartido con Peter el mismo miedo y ansiedad. Nunca le había hablado de su hermano, seguro porque no la había querido cargar con un problema que ella no sabría resolver. En su relación con ella, Peter había dejado sus preocupaciones a un lado.
Siempre. Él había sido el que había dado, y ella la que tomaba.
-Te has quedado muy callada de repente -comentó Peter.
Lali levantó su cabeza de nuevo. Peter se dirigía hacia ella. Desconcertada por su proximidad, asustada por haberse dado cuenta de lo mucho que lo amaba, miró sus ojos verdes, con brillos esmeralda.
-Pero una confesión siempre es buena para el alma -informó Peter, mientras estiraba sus manos y se las ponía en su cuerpo-. ¡Pero seguro que lo mejor es, en estos momentos, caer en el olvido del sexo!

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