-No pensé que te fueras a acordar... Está bien, no quería hablar de ello otra vez. A ninguno nos gusta recordar nuestros errores -se justificó Peter-. Lo que viste aquel día entre Melina y yo, fue un momento de debilidad, de tentación, que acabó al día siguiente.
Entre nosotros no ha habido nada más desde aquel día.
-¿Piensas de verdad que me lo voy a creer? -suspiró Lali, desesperada.
-A lo mejor tendría que haber empezado desde el principio. Cuando Melina tenía dieciocho años, era la novia de mi hermano, o su tapadera, si quieres -comentó Peter, con tristeza-. Porque Pablo era homosexual.
-¿Homosexual? -preguntó sorprendida.
-Mis padres no lo aceptaban tal y como era. Querían verlo casado a toda costa. Adoraban a Melina y ella adoraba a Pablo. Pero él nunca quiso casarse con ella. Cuando murió, mi madre pensó que sería la mujer perfecta para mí, pero a mí no me interesaba. A ella yo le gustaba, pero yo creo que es porque me parezco mucho a mi hermano.
-¿Y aquel día que te vi con ella en Cagliari?
-Melina fue a Cerdeña a visitar a unos amigos. Fue a verme al banco y decidí invitarla a comer a mi apartamento. Todo fue bastante inocente, hasta que se echó en mis brazos en el ascensor... pero yo no rechacé la invitación -admitió, con una mirada cargada de emoción-. Si no nos hubieras sorprendido, me habría ido a la cama con ella. Después de seis meses de matrimonio sin poder hacer el amor contigo, estaba a punto de cometer una locura.
Lali se quedó un tanto desconcertada al oír aquella confesión. Nunca había entendido lo duro que pudo ser para él no poder consumar el matrimonio. Ella habría cedido, pero él había sido más inteligente y había guardado las distancias. De lo contrario, nunca hubiera sido capaz de superar su adoración por él.
-Me habría aprovechado de Melina, pero es una mujer que no se merece que le hagan eso. Ese día, salí corriendo en tu búsqueda y la dejé sola en el vestíbulo, sin darle ninguna explicación. Tardó bastante tiempo en perdonarme. Y ahora sólo nos vemos porque somos amigos...
-Amigos... ése es un término muy elástico...
-Melina y yo nos encontramos en la conferencia -le interrumpió Peter-. Está saliendo con otro banquero. Se ha vuelto a Roma conmigo para celebrar una fiesta en la que va a anunciar su compromiso.
Lali no supo qué responder. Esa explicación tenía sentido. Se sintió un tanto incómoda y estúpida.
-Eso le va a romper el corazón a tu madre -fue todo lo que pudo responder.
-Muy pocos hombres se casan con las mujeres que eligen sus madres para ellos -replicó Peter-. También he de comentarte que he recibido una llamada bastante sorprendente de la mía esta misma mañana.
-¿Sí? -Lali se puso tensa.
-Me llamó para decirme lo mucho que me quería -le dijo, mirándola a los ojos-. Aunque no me lo haya demostrado en diez años, no me ha dicho nada que yo no supiera.
-¿No? -Lali no sabía qué responderle.
-No ha podido superar la muerte de mi hermano, pero hoy de pronto se ha dado cuenta de que es muy afortunada por tener todavía un hijo vivo.
-¡Dios! -exclamó Lali, apartando la mirada.
massssssss
ReplyDelete+++++++++
ReplyDeleteotroooooooo
ReplyDelete