Monday, February 8, 2016

capitulo 19

-Quiero verte en el salón dentro de diez minutos -pronunció Peter secamente. -¡Caramba! Casi no me encuentras. Me iba a casa de Benjamin -le confió alegremente. Colgó el auricular y salió de la habitación. -Me va a costar un poco dominar estos tacones -anunció al entrar al salón y tropezar en la entrada, por lo que tuvo que agarrarse del pomo de la puerta para recuperar el equilibrio. Peter, que se llevaba una copa de brandy a los labios, se quedó petrificado. Lali también. El llevaba una chaqueta blanca que le quedaba como un guante. El color claro le acentuando la exótica combinación de piel dorada, ojos verdes y pelo negro. Resultaba tan devastadoramente atractivo que Lali se quedó boquiabierta. Y por algún motive Peter también se la quedó mirando. De repente, se sintió incómoda y mortificada por haberlo mirado de ese modo. -¿Tardaremos mucho? No quiero que Benjamin se vaya. -Dío mío. Dudo que se vaya si te ve -los brillantes ojos le recorrieron la silueta, desde la camiseta de seda hasta las torneadas piernas, que por primera vez mostraba fuera del gimnasio. -¡Esa imbécil! -exclamó abruptamente- ¡Tienes aspecto de prostituta de lujo! ¡El escote es demasiado pronunciado! ¡La falda es muy corta! Sorprendida y mortificada, Lali lo miró. -La falda me llega casi a la rodilla... -Totalmente inapropiado para Alejo, y menos todavía para hacerle la colada a Benjamin -concluyó Peter, mascullando. -Quería que viera mi nuevo aspecto -dijo Lali, desilusionada como un niño al que le han pinchado el globo. Peter elevó una ceja azabache, logrando que se sintiese avergonzada de desear que Benjamin le echase una mirada y se diese cuenta de que ella era la mujer para él. De repente se sintió agradecida de que Peter se lo hubiese dicho. No quería que Benjamin creyese que estaba intentando conquistarlo. Eso podría arruinar su amistad para siempre y hacer que huyera de ella. Se pondría su ropa antigua y quitaría el maquillaje. -Vendrá un joyero a traernos una selección de anillos de compromiso. Podrás quedarte con lo que elijas. -No. Cuando reciba un verdadero anillo de compromiso quiero que sea el primero. Consideraré a éste un préstamo. Cuando el joyero llegó, Lali estaba encogida en el sofá, deseando poder haber ido a cambiarse. Si Peter decía que estaba demasiado insinuante, seguro que tendría razón. Se avergonzaba de no haberse dado cuenta ella. Sin embargo, había visto montones de chicas perfectamente respetables con ropa parecida. -Elige -dijo Peter en el tenso silencio. -Los diamantes son muy fríos -suspiró Lali-. Las perlas y los ópalos traen mala suerte. Hay gente que dice que el verde tampoco es demasiado afortunado. No sé nada de los rubíes, pero... -Entonces, elige un rubí. -Los rubíes representan amor apasionado -dijo en tono de disculpa-. Creo que mejor será elegir un diamante. Peter respiró profundo y eligió la sortija de diamantes más opulenta. -Nos quedamos con éste. Era tan grande, que parecía sacada de una bolsita de chucherías de cumpleaños. Lali se sintió aliviada de que no le gustase el anillo. Así podían mantener todo a un nivel impersonal. En cuanto el joyero le midió el dedo, Lali se puso de pie. -¿Me puedo ir ahora? -Cuando quieras -dijo Peter ácidamente. Treinta minutos más tarde, Lali llamaba a la puerta de Benjamin. Un desconocido le abrió la puerta. -¿Buscas a Benjamin? -preguntó amable. Lali asintió.

No comments:

Post a Comment