Tuesday, February 2, 2016
capitulo 81
-Soy disléxica, ¿vale? -espetó Lali, sin poder soportar la tensión por más
tiempo.
-Vale. ¿Quieres más café? -respondió Peter, sin denotar ninguna emoción.
-No, gracias... Creía que querías hablar de ello.
-Ahora no, si tanto te molesta -replicó Peter.
-¡No estoy molesta! Pero no me gusta que metan las narices en algo que sólo a mí
me afecta, ¿está claro?
Peter sostuvo su mirada.
-La dislexia está más extendida de lo que crees. Demetrios, mi sobrino, también
la padece, pero estudia en Oxford. Sus hermanos pequeños también la tenían. ¿No te
ayudaron en el colegio?
Lali se relajó, cruzó los brazos y negó con la cabeza.
-Estuve en una docena de colegios...
-¿En una docena? -preguntó Peter con asombro.
-Mi padre y yo nunca pasábamos mucho tiempo en el mismo sitio, siempre le
estaba debiendo dinero a alguien, si no era al casero, era a la casa de apuestas, o al
supermercado...
-Y todo volvía a empezar otra vez, ¿no?
-Sí -dijo Lali frunciendo los labios-. Hasta los diez años no encontré a ningún
profesor que pensara que mis dificultades se debían a algo más que a la estupidez.
Estaba dispuesto a darme clases especiales, pero nos mudamos antes de empezar -dijo
Lali, agachando la cabeza-. Y llegamos a un colegio en el que me pusieron en la clase
de los más retrasados.
Peter estaba perplejo.
-¿Cuándo dejaste de ir al colegio?
-A los dieciséis, lo más deprisa que pude -admitió Lali, con amargura-. Como
me dijo una vez mi madrina, no se puede ser guapa e inteligente a la vez.
-Eso es una tontería.
-Mi madrina sólo quería ser amable, pero pensaba que era muy tonta porque leía
muy despacio... -dijo Lali, y a punto de echarse a llorar, salió corriendo hacia el
dormitorio.
Peter llegó tras ella y se sentó a su lado.
-¡Y no intentes decirme que me sigues viendo igual que antes! -le espetó.
-Tienes razón, no te veo igual. Te veo más valiente, por todo lo que has tenido
que soportar -dijo Peter con suavidad-. Y si hubiera sabido esto cuando vi a Leland,
le habría hecho pedazos... porque no pudiste leer las condiciones de aquel maldito
préstamo, ¿verdad?
-Algo... pude leer... pero tardo mucho. No quise que se burlara de mí, así que firmé.
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