capitulo 16

—Podriamos hacer un crucero —sugirio Peter notando, con sorpresa, el antagonismo que teñia su silencio.
—Me mareo —mintio Lali, ocultando el panico que le provocaba esa opcion, aún peor que la otra.
París era la ciudad en la que Peter habia pasado tanto tiempo con Candela, y eso le producia un gran rechazo, pero al mirar a Lali y ver el brillo ansioso de sus ojos, se sintio como un egoistapor negarle lo que parecia anhelar de corazon.
—Será París, entonces... —acepto. La sonrisa de Lali, que no habia visto hasta ese momento, ilumino su rostro como un rayo de sol. mIro sus brillantes ojos negros y volvio a sentir una tension en la entrepierna que empezaba a ser habitual en su proximidad. Decidio que sería bueno tener otros recuerdos de una de sus ciudades favoritas.
—Deja que te enseñe la pinacoteca —sugirio Lali, atreviendose a tomar las riendas ahora que habia ganado la batalla y sus peores temores habian desaparecido.
—Antes... —Peter, sin previo aviso, se acerco a ella, la tomo de las manos y luego deslizo las suyas hacia sus hombros. La mente de Lali se lleno con un grito de negacion. No podia permitir que la tocara. Se puso tensa de pies a cabeza—. No tienes por qué ponerte nerviosa —tranquilizo Peter con voz aterciopelada. Pero sabia que mentia, cada vez que ella se tensaba, anhelaba derrumbar sus barreras, destruir sus defensas y conseguir que esos bellos ojos se clavaran en el llenos de deseo.
Sus miradas se cruzaron y a Lali se le fue la cabeza al ver sus ojos esmeralda y ardientes. Intento dar un paso hacia atrás, pero no pudo. Todo su cuerpo le pedia ir a encontrarse con esos fuertes musculos, el riguroso control que siempre habia ejercido sobre si misma parecia haber desaparecido.
—Peter... —musito con voz extraña, casi suplicante.
Él poso su boca amplia y sensual sobre la suya y, con un suave ronroneo, entreabrio sus labios cerrados con la punta de la lengua y exploro el interior de su boca. Lali se estremecio al sentir una explosion de sensualidad; se disolvio en una tormenta de sensaciones que recorrio cada poro de su piel. Aplastada contra su fuerte torso, sintio que sus pezones se endurecian con una sensacion casi dolorosa.
—¿Soy el primero? —Peter alzo su arrogante cabeza y miro sus ojos nublados de pasion con una sensacion de éxito totalmente nueva para el.
—¿El primero en besarme? No... —murmuro Lali, asombrada por su excitación e intentando recobrar el control sobre si misma.
Peter la solto bruscamente, preguntandose por qué intentaba engañarlo. ¡Ni siquiera sabia besar hasta que el le habia mostrado como hacerlo! Pero sus ojos se habian aclarado y se habia puesto palida. De hecho, se aparto de el como si no existiera y, notando su rechazo, suspecho el motivo mas provable.
—¿Quién era él? —exigio Peter, colerico.
Lali, palida como la muerte, tras esa estupida admision, se hubiera arrancado la lengua. Los recuerdos la asolaron, pero por encima de todo, estaba el miedo. Si su padre descubria que habia mencionado a Gaston, se pondria furioso. No la extrañaba la
ira de Peter. Su padre era igual de hipocrita, exigia la pureza femenina pero no dudaba en relacionarse con chicas de alterne.
—Era hijo de un pescador. Ocurrio hace más de dos años. Me... beso. Eso es todo —mintio temblorosa.