Friday, May 1, 2015

capitulo 49

Peter iba a ese lujoso gimnasio varias veces por semana, aunque tenía uno en su dúplex. Una vez le había contado que iba allí porque boxeaba con un instructor y podía entrenar sin distracciones.
Al día siguiente, cuando Lali pasó por delante de la limusina aparcada a la puerta del gimnasio, el chófer la saludó con la cabeza. ¿Qué más daba dónde estuvieran cuando le comunicase la noticia?, se preguntó a sí misma. Habría dado igual que se lo contara en la oficina o en su dúplex, al que nunca la había invitado. Además, Peter era un hombre muy ocupado. Y debía aceptar que ella ya no ocupaba un sitio especial en su vida.
Después de pedirle una identificación, el recepcionista del gimnasio le indicó dónde encontrar a Peter. Secándose el sudor de las manos en el ligero abriguito de lana negro, Lali empujó la puerta.
Con un pantalón corto y una camiseta negra, Peter estaba golpeando un saco de arena con tanta energía, que no se percató de su presencia.
Lali siempre había sentido curiosidad por verlo entrenando... y ahora tenía la oportunidad de hacerlo. Estaba guapísimo, pensó, aunque ese pensamiento estaba fuera de lugar. Cada músculo de su cuerpo emanaba fuerza masculina. Echaba de menos mirarlo, estar con él, tocarlo, hablar con él. Incluso echaba de menos pensar en él sin sentirse culpable.
—Peter...
Aunque pensó que no la había oído, él dejó de golpear el saco y se volvió. Unos ojos oscuros, brillantes como el granito, la inspeccionaron de arriba abajo.
Para Peter no fue fácil volver a verla. Había elegido el gimnasio a propósito. Le había parecido un sitio donde Lali no le montaría una escena, pero allí estaba, con un abrigo negro que le recordaba la noche en el granero, el pelo rubio cayendo sobre sus hombros, esos labios rosados, tan jugosos... que ahora eran de Gaston, se recordó a sí mismo. Ese pensamiento lo enfureció.
—¿Qué querías? —preguntó, con tono helado.
—Verás...
Lali tenía un discurso planeado, pero de repente había desaparecido de su memoria. Su cerebro parecía envuelto en algodón.
Peter descubrió que, como un adolescente, la estaba imaginando desnuda bajo el abrigo. Ese pensamiento lo avergonzó. Se había librado de ella, se dijo a sí mismo. Odiaba que lo afectase de tal forma.
—No tengo mucho tiempo —le recordó—. Pero a lo mejor sólo has venido a mirarme.
—No, he venido a decirte algo que me resulta difícil decir —murmuró Lali.
—A esta hora del día no estoy de humor para jueguecitos —replicó Peter mientras se quitaba los mitones de cuero y flexionaba los dedos.
—Tú siempre ves el lado malo de cualquier situación, de modo que quizá seas capaz de adivinarlo.

4 comments:

  1. que pendejo es peter realmente cre que lali le va a desir que va a tener un hijo de otro este pibe necesita una patada en las bolas

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  2. yo sabia que peter iva a reaccionar asi quiero mas

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  3. Es la primera novela en la que Euge me cae mal, tanta influencia tiene sobre peter y el es un tarado por dejarse llevar

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  4. ay yo pense que cuando la llevaba para banarse se ivan a comer a besos sjajajaj

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