Thursday, May 14, 2015

capitulo 54

Lali, con el mentón levantado, abrió la puerta. Sólo había una lámpara encendida, dejando casi la totalidad de la habitación a oscuras. Peter estaba tumbado en el sofá. Se acercó a él y le oyó que decía unas palabras en griego. Abrió los ojos y la miró, con ojos de sueño.
-¿Peter?
Abrió y cerró los ojos un par de veces y frunció el ceño. Tenía el pelo alborotado y la barba oscurecía su mentón. Pero fue la desolación de sus ojos lo que conmovió a Lali. Se arrodilló junto a él y le agarró la mano.
-Lo si...
De pronto, se oyeron pasos. Lali se asustó. Vico estaba en la habitación.
-Estoy cuidando al señor Lanzani -le dijo.
-¿Es que está enfermo? -no siguió preguntando, cuando notó el olor a alcohol. Miró la botella de whisky que había medio vacía en la alfombra y comprendió-. Está... está...
-Un poco cargado. Vuelva a la cama -le dijo Vico-. Yo me quedaré con él.
-¿Hace esto muy a menudo? -le preguntó Lali, acariciando con sus pequeños dedos la mano de Peter.
-Nunca lo había visto antes así.
-¿Qué está diciendo? -preguntó Lali, cuando le oyó farfullar algo en sueños.
-Conejos -le informó Vico.
-¿Conejos? -repitió Lali.
-Lo llevaré a la cama... -Vico se acercó, obligándola a soltarlo de la mano.
-Te echaré una mano.
-No es necesario.
Lali retrocedió unos pasos, abrumada por la hostilidad del guardaespaldas. Desde la puerta, lo miró y le dijo:
-No es lo que tú te piensas.
-Yo no tengo que pensar nada, señora Lanzani.
Pero en su cara se veía claramente que la condenaba y que se mantenía leal a Peter. Sólo porque estaba convencida de que a Peter, con su actitud machista, no le agradaría que lo viese en semejante estado, se marchó a su habitación.
Se tumbó en la cama y se quedó mirando el cielo por la ventana. Debía de haber estado muy enfadado para emborracharse de esa manera. Lali trató de justificarlo. ¿No era ella también un poco culpable, por haber traicionado la confianza de Nicolas? Porque había accedido a casarse con Peter a regañadientes, y habría huido si hubiera sabido lo que la esperaba a la mañana siguiente de la ceremonia.
¿Por qué se habría emborrachado? ¿Quizá porque se sentía culpable al no haberse portado como debía con la hija de Nicolas? ¿O porque se había deprimido al pensar que, si llevaba hasta el final el deseo de Nicolas, seguiría casado con ella para siempre?
Sintió que el estómago le daba un vuelco y se levantó de la cama otra vez. Se puso unos vaqueros y una camiseta de algodón. Después, se fue al cuarto de baño y se cepilló el pelo. Necesitaba respirar aire fresco. La moto que había alquilado estaba en el patio. No la había utilizado desde que llegó a la casa. A lo mejor una vuelta le despejaba un poco la mente...
Cuando Lali se detuvo a la sombra de unos pinos, todavía era muy temprano. Se comió el bocadillo que se había llevado. Con el refresco y el bocadillo de jamón con tomate sació su apetito, pero no logró saciar el agujero que sentía en la boca del estómago. Luchaba con todas sus fuerzas por convencerse de que el mundo no se acababa con Peter. Al fin y al cabo, tampoco tenían tantas cosas en común.
Era un hombre dominante, arrogante y adicto al trabajo. Era todo lo contrario de ella. Rico, educado y con ambición. Era más guapo que ella. Además, tenía a un montón de mujeres detrás de él y ella no era una mujer a la que le gustara competir. Ella tenía su orgullo y acababa de recibir un duro golpe.
Si Peter albergaba algún sentimiento hacia ella, lo había matado. No tenía sentido concentrarse en los aspectos más positivos de su personalidad. Podía ser un hombre
encantador, entretenido e incluso cariñoso. Pero todo eso no era importante. Eso era lo que ella sentía en el corazón, pero no en la cabeza. No estaban casados de verdad. Y aquel acuerdo temporal estaba a punto de romperse.

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