Saturday, May 2, 2015

capitulo 73

Peter puso una mano sobre su abdomen.
—Estás guapísima. Pareces un melocotón, pedi mu.
—¿Gorda como un melocotón? —rió ella—. ¿No te molesta que todo el mundo sepa que no quiero casarme contigo?
—No, en absoluto. Y cuando conozcas al resto de mis parientes este fin de semana entenderás por qué. Yo seré el ídolo porque he intentado poner un anillo en tu dedo y tú...
—Yo seré la bruja mala por decir que no.
—Tonterías. Mis tías intentarán convencerte de que soy el ser más maravilloso de la tierra: limpio, bueno con los ancianos y los animales, generoso, estupendo con los niños. Seguro que nadie menciona a mi padre y sus tres divorcios. Él fue la oveja negra de la familia... yo, en cambio, soy un ángel.
Lali soltó una carcajada. Las últimas seis semanas habían sido las más felices de su vida. Peter había llevado con él un ejército de decoradores para hacer habitable la casa lo antes posible y había contratado a varios empleados para que se encargasen de las tareas domésticas. Lali sólo tenía que diseñar sus bolsos y descansar.
Afortunadamente, porque estaba agotada. Todo estaba siendo perfecto, pero algunos días se preguntaba si no habría cometido un error. ¿Por qué se portaba Peter como el perfecto caballero, como el mejor amigo? ¿Se sentía culpable? ¿Estaba, por fin, entendiendo que su comportamiento había sido inaceptable o era todo una charada para salirse con la suya?
Iba a verla cada día, acortando su jornada laboral, prácticamente había dejado de viajar al extranjero... iba a las clases de preparto con ella, había leído libros sobre el embarazo... aunque el resultado era que se ponía nervioso cada vez que ella se quejaba. Un día, cuando empezó a dolerle una pierna, insistió en llevarla a urgencias y, cuando Lali se negó, se quedó toda la noche en un sillón.
Incluso era amable con su amiga Candela y no decía nada cada vez que Gaston la llamaba por teléfono.
Peter se mostraba afectuoso, amable, encantador y divertido. Ni siquiera intentaba tocarla o acercarse demasiado. Pero, aunque práctica-mente se estaba convirtiendo en un santo, no había mencionado la palabra amor.
Quizá era lo mejor, se dijo. Lali seguía amándolo, seguramente lo amaría siempre... pero lo importante era basar su relación en el respeto mutuo. Fuera cual fuera esa relación.
—Tengo que solucionar un par de cosas en la oficina antes de irnos a Grecia. Nos encontraremos en el aeropuerto, si te parece —dijo Peter poco después.
Le gustaría llevarla a la oficina con él... Ése era un pensamiento extraño. Seguramente debido a que estaba embarazada, decidió. No dejaba de pensar en ella. Cuando estaba en Londres, no podía concentrarse en el trabajo. Leer aquel libro sobre la gestación había sido un error. Después de leerlo, había estado un par de noches sin dormir... tantas cosas podían ir mal en un embarazo. Naturalmente, había tirado el libro a la basura. No quería que Lali leyese cosas tan horribles.

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