—Voy a presentarte a alguien —dijo Lali entonces.
Cuando se volvió, Peter vio, sorprendido, que Dalmau agarraba del brazo a una morena.
—Ya conoces a Gaston Dalmau, claro... te presento a Rocio.
—Encantado.
—Bueno, tenemos que irnos —sonrió Gaston—. Mi madre nos espera para comer.
Cuando se alejaron en el Porsche, Peter apretó su mano.
—Temía que hubiese vuelto para conquistarte —admitió, en voz baja.
—Peter, no empieces otra vez...
—Tengo un problema, lo sé. Soy demasiado celoso.
—Gaston es encantador, pero nunca he estado enamorada de él.
Animado por esa explicación, Peter decidió contarle la verdad:
—No sabes cómo he sufrido...
—¿Por qué? Gaston y yo empezamos a salir, pero nunca pasamos de ser amigos. No me acosté con él.
—¿No te has acostado con él? —exclamó Peter—. ¿Tú sabes lo que eso significa para mí?
—Si me hubieras preguntado, te lo habría dicho. Pero tú no preguntas, tú supones lo que te parece.
Él bajó la cabeza, arrepentido.
—Para mí es trascendental haber sido tu único amante, Lali. Pero sé que me he portado mal contigo —murmuró, como si le costara un mundo reconocerlo—. Las mentiras de mi hermana han destrozado mi vida. No sabes lo mal que lo he pasado... no sabía lo importante que eras para mí hasta que te fuiste —le confesó Peter—. Y no quería admitir que odiaba mi vida sin ti.
—¿Y las otras mujeres, ésas con las que salías en las revistas?
Él hizo una mueca.
—Un escaparate.
—¿Y has desnudado a alguna de las modelos? —preguntó Lali.
—No. No podía hacerlo.
—¿No podías? —repitió ella, sorprendida.
—No podía porque... —Peter respiró profundamente—. No podía porque sólo me excitas tú, sólo me gustas tú, sólo puedo pensar en ti.
—Me has sido fiel... —murmuró Lali, atónita.
—Siempre te seré fiel. Te quiero, pedi mu. Te quiero con toda mi alma. ¡Me siento tan raro que esto tiene que ser amor!
—Me quieres —repitió ella, embargada de felicidad—. Yo también te quiero, Peter...
—¿Vas a casarte conmigo? —la interrumpió él—. No puedo seguir así, Lali. Te necesito...
—No sé, si de verdad me quieres...
—Te amo, Lali. Te amo locamente —dijo Peter, tomando su cara entre las manos—. Tienes que perdonarme, tienes que olvidar lo que ha pa-sado... mi comportamiento ha sido inexcusable, lo sé, pero no volverá a
repetirse. Tú eres tan generosa... no sabía que te amaba tanto...
—Me casaré contigo en cuanto podamos organizar la boda —sonrió Lali—. Eso era lo que esperaba de ti, Peter. No quería casarme contigo hasta que no supiera que me amabas de verdad. Ahora sé que es así.
No comments:
Post a Comment