Friday, September 18, 2015

capitulo 11

Peter no entendía el motivo de su obstinación. Desde el primer momento en que sus miradas se habían cruzado en el aparcamiento del aeropuerto, había advertido que aquella mujer se sentía atraída por él. Como tantas otras mujeres que había conocido
desde que era un adolescente,Lali tampoco había conseguido disimular la atracción que sentía hacia él. Pero no recordaba la última vez que alguna se le había resistido tanto. Se lo estaba poniendo difícil. Quizás había perdido práctica en conquistar a una mujer. Al fin y al cabo, estaba acostumbrado a que fueran ellas las que prácticamente se lanzaban a sus brazos.
-Me apetece un poco de compañía -murmuró.
Lali se quedó desconcertada. Nunca antes un cliente había tratado de extralimitarse con ella. Tampoco veía motivo para que esta vez fuera diferente. Vestida con aquel uniforme nada favorecedor, pocos hombres se fijaban en ella cuando estaba trabajando.
-¿Está casada? -preguntó de repente Peter, curioso por conocer el motivo de su resistencia.
-No.
-¿Vive con alguien?
-Tampoco.
Peter puso una mano sobre la espalda de Lali y la dirigió hasta el sofá.
-Entonces, siéntese conmigo.
Lali se dejó caer sobre el asiento. Peter aprovechó su confusión para tomar la palabra y hablarle de una boda a la que había asistido recientemente en aquel mismo hotel. Su relato resultó ser muy ameno y ella lo miraba absorta, incapaz de retirar la mirada de aquel rostro que tenía frente a ella. Todo en él era fascinante.
Lali se tomó el café de un trago sin saborearlo. En un momento dado, él le pidió que se quitara la gorra y ella accedió, sonrojándose al sentir su mirada aprobadora. Luego, contestó a cada una de las preguntas que él le hizo. Le dijo que tenía veinticinco años, que estaba soltera, que llevaba tres años trabajando en Imperial y que siempre le habían gustado los coches.
En un principio Lali pensó que el único motivo para hacerle aquellas preguntas era el de mantener algún tema de conversación. Pero poco a poco, fue dándose cuenta de que Peter parecía sentirse atraído por ella y buscaba algo más. Por ello, cuando sus sospechas se confirmaron, tomó la gorra y se puso de pie.
-Mire, soy su chófer y mi único interés es hacer bien mi trabajo -dijo ella sin más preámbulos.
Desconcertado ante su inesperada reacción, Peter se levantó.
-Eso es mentira -dijo y le dirigió una mirada gélida.
Lali se quedó pálida al oír sus palabras.
-Se puede admirar un cuadro sin necesidad de comprarlo -dijo orgullosa, levantando la barbilla.
-Reconozco que esta situación es extraña, pero...
-Aquí no hay ninguna situación que valga -dijo Lali enfadada-. Estoy trabajando y no pienso poner en peligro mi empleo. Me gano la vida conduciendo limusinas y usted se permite el lujo de contratar a personas como yo por mero capricho.
-No me tomará por un esnob, ¿verdad?
-¿Ah, no? -dijo Lali levantando una ceja. Sus ojos negros brillaban furiosos-. Usted no pretende pedirme una cita, tan sólo quiere acostarse conmigo.

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