Peter deseó quitarle la gorra y desplegar todos sus encantos sexuales hasta que ella cayera rendida a sus pies. Apretó los puños. Estaba enfadado. Aquella mujer le había montado una escena en un lugar público y lo había dejado sin capacidad de respuesta. Al otro lado de la habitación, Dolius y otro -de los guardaespaldas miraban hacia otro sitio, tratando de disimular, lo que le confirmó que no habían perdido detalle de lo que había pasado. Con el orgullo herido,
Peter vio cómo Lali se dirigía hacia la salida del hotel.
Lali llegó al coche, se metió en el asiento del conductor y cerró dando un portazo. Era un ser cruel y calculador, pensó temblorosa. Sentía rabia e impotencia. ¿De verdad había pensado que terminaría con ella en una habitación de aquel hotel? Estaba claro que sí por el modo en que había insistido en invitarla a café. ¿Qué se había creído? ¿Qué se rendiría a sus encantos tan fácilmente? Quizás luego la hubiera premiado con una buena propina. De pronto lo vio acercarse por el retrovisor y se irguió en el asiento.
Peter se quedó parado junto a la puerta del coche con el rostro congestionado, esperando a que se la abriera. Estaba dispuesto a esperar el tiempo que hiciera falta para conseguirlo. Molesta, Lali salió rápidamente del coche y le abrió la puerta del pasajero.
-Gracias -dijo Peter con suavidad.
Lali pensó que nunca había odiado a ninguna persona tanto como lo odiaba a él en aquel momento. Condujo durante una hora y evitó pensar en lo que había pasado. En un momento dado, dejó la autopista y se internó en una carretera rural.
El cristal que dividía al conductor y al pasajero se abrió.
-Para que lo sepa, no voy por ahí acostándome con cualquiera -dijo Peter.
-Si quiere que lo discutamos, venga a verme cuando no esté trabajando y no tenga obligación de tratarlo con respeto.
-¿Me está diciendo que en el hotel me estaba guardando el respeto? -preguntó Peter haciéndose el sorprendido.
Lo preguntó en un tono de voz que hizo que Lali deseara detener allí mismo el coche y bajarse.
-Se estaba pasando de la raya -dijo Lali, furiosa, sintiendo deseos de abofetearlo-. ¿Qué clase de hombre trataría de aprovecharse de una mujer que trabaja como chófer?
-Uno que trata de demostrar que no es un esnob.
Justo en aquel momento, un tractor se interpuso entre la limusina y el coche de los guardaespaldas y Lali sonrió imaginando su reacción. En aquel momento, advirtió que había un hombre agachado a un lado de la carretera. Fue lo último que vio antes de que algo gris y metálico golpeara el coche. Las ruedas reventaron y perdió el control de la limusina. Se precipitaron sobre una zanja al lado de la carretera y Lali sintió una fuerte sacudida cuando el coche se detuvo en seco.
Su puerta se abrió y vio aparecer a Joe Tyler junto a ella.
-Joe? -dijo aturdida.
-Duerme tranquila, Lali -le susurró.
no que le va hacer joe a lali pobre mas
ReplyDeletesube mas
ReplyDeleteotro
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