Friday, September 18, 2015

capitulo 17

Peter acabó su quinta vuelta a la isla. A medida que la tarde había avanzado, su preocupación por Lali había ido en aumento. La había buscado por todos los sitios sin encontrarla.
Por fin la vio de pie, en lo alto de una roca, apoyada en una sola pierna. Trataba de mantener el equilibrio. No parecía consciente del peligro que corría al filo de las rocas en aquella postura tan extraña. Salió corriendo a su encuentro.
-¡Lali! -la llamó. Era un tono de voz autoritario, acostumbrado como estaba Peter a dar órdenes-. Vuelva aquí.
Ella se giró para mirarlo justo cuando estaba a punto de introducir el pie en una poza que había encontrado entre las rocas. En ese momento, perdió el equilibrio. Resbaló sobre la superficie mojada de las rocas y cayó al agua. Había una fuerte corriente y el agua era profunda, por lo que no hacía pie y se hundió. Rápidamente, Peter se tiró de cabeza al agua para socorrerla.
Lali se agitaba entre las olas y cada vez le costaba más trabajo respirar. De repente, unos brazos fuertes la rodearon y la sacaron a la superficie. Peter la llevó nadando de vuelta a la orilla.
-Estoy bien -dijo ella jadeando.
Estaba asustada. El miedo que había pasado durante aquellos interminables segundos bajo el agua hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas y, aunque trató de controlarlas, no lo consiguió.
-¿Qué le ha ocurrido a su pie? -preguntó Peter al verla cojear una vez llegaron a la arena de la playa.
-Me he cortado con una piedra.
Con gesto de preocupación, él se inclinó y la tomó en sus brazos para llevarla al interior de la casa. En el cuarto de baño, Lali no pudo parar de temblar.
-Tranquilícese. No va a pasarle nada -le aseguró Peter con voz reconfortante-.
Conmigo estará a salvo, ¿de acuerdo?
Lali lo miró a los ojos y el ritmo de su corazón se aceleró.
-De acuerdo -admitió tras unos segundos-. Ahora, será mejor que me dé un baño.
-Déjeme ver su pie -dijo él. Se agachó y, tomando el pie entre sus manos, lo estudió-. No creo que le convenga mojar la herida.
-Estoy llena de salitre y necesito lavarme. Además tengo arañazos en las piernas.
Peter la miró fijamente. Tenía el cabello revuelto y el sol había quemado su pálida piel. Sus ojos negros brillaban con intensidad. Bajó la mirada hasta detenerse en las piernas de Lali. Sus muslos eran largos, sus tobillos finos y sus pies pequeños.
Retiró bruscamente la mirada. Se sentía muy atraído por Lali y apenas se podía contener.
-Tiene unas piernas increíbles -dijo con sinceridad.
Ella se sonrojó y se giró para abrir el grifo de la bañera.

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