Friday, September 18, 2015

capitulo 18

-Me daré prisa -anunció Lali, advirtiendo en ese momento que él también estaba mojado.
Antes de salir del baño, Peter se dio media vuelta y la miró.
-Tenga cuidado con lo que hace en el agua. No vaya a ahogarse otra vez.
-Me subí a la roca para tratar de lavar la herida para desinfectarla.
-¿Casi se ahoga por limpiar una herida? -preguntó Peter-. Dígame una cosa, ¿por qué huyó de mí? Sepa que no estoy dispuesto a perder más tiempo corriendo detrás de usted. Tengo cosas más importantes que hacer que pasar la tarde buscándola.
-Yo no le pedí que me buscara. Estaba enfadada. Me había despertado en un lugar desconocido junto a un tipo enojado que todo lo que hacía era acusarme de tomar parte en su secuestro -dijo y se detuvo recordando que era él el que la había rescatado del mar y todavía no se lo había agradecido. Con voz suave, añadió-. Gracias por salvarme.
-No hay por qué. Pero sepa que no estoy dispuesto a dejar que nada malo le ocurra. Si usted tiene algo que ver con su secuestro, quiero estar presente cuando la detenga la policía.
Lali le dirigió una mirada furiosa.
-¡Salga de aquí!
Peter se encogió de hombros y salió del cuarto de baño. Cerró la puerta y sonrió. Era muy fácil conseguir enfadarla.
Lali se metió en la bañera, hecha de pequeños mosaicos multicolores. El suelo era de mármol. Todos los detalles estaban perfectamente cuidados. Por fuera, parecía una casa sencilla, pero su interior era tremendamente lujoso.
Cuando terminó de bañarse, se enrolló en una gran toalla y salió al dormitorio. Las paredes estaban pintadas de un azul intenso y en el centro había una gran cama con un bonito cabecero tallado en madera.
Peter apareció por la puerta. Llevaba el pelo mojado hacia atrás y estaba recién afeitado.
-He usado la ducha de fuera.
Sorprendida, Lali se fijó en que llevaba unos bonitos pantalones color beis y una camisa de manga corta negra.
-¿De dónde ha sacado esa ropa?
-He encontrado una de mis maletas. Le prestaré una de mis camisas -dijo Peter Deje que vea cómo está su pie. He encontrado un botiquín en la cocina.
Se inclinó y tomó su pie para observar la herida. Lali sintió sus manos frías sobre su piel. Deseó acariciar su pelo, pero resistió la tentación y se quedó sentada mientras él se empleaba con el desinfectante y las gasas.
-¿Ha recorrido la casa? -preguntó Lali, tratando de alejar sus pensamientos de
él.
-Este sitio parece un refugio para recién casados al que nos han traído para que disfrutemos. El cuarto de al lado está lleno de flores y hay una botella de champán
esperando para que la descorchemos.
-¿Un refugio para recién casados?

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