Saturday, September 19, 2015

capitulo 26

Salió a la parte delantera de la casa a buscarlo, pero no lo encontró. Por fin vio su ropa amontonada en la arena y a él nadando en el agua. Se quedó contemplándolo hasta que regresó a la orilla. Fue entonces cuando vio por primera vez en su vida a un hombre desnudo.
Contrariada, Lali regresó a la casa. Aquella imagen de Peter desnudo se había quedado fija en su retina. Su cuerpo era espectacular: ancho de hombros, con los músculos pectorales perfectamente definidos, las caderas estrechas y las piernas fuertes. Trató de no reparar en sus zonas íntimas. Decidió esperar unos minutos para asegurarse de que estuviera vestido y volvió a entrar en la casa.
Cuando volvió a la playa, Peter se estaba duchando en el jardín y seguía desnudo. Dio unos pasos atrás para que no la viera y se quedó oculta tras los árboles que había junto a la casa.
-¡A comer! -gritó tan fuerte como pudo.
Peter volvió descalzo, con el botón de los pantalones sin abrochar y la camisa doblada sobre uno de sus hombros. Su piel estaba todavía húmeda. Sus brillantes ojos verdes se encontraron con los de ella y lentamente esbozó una sonrisa.
Por el modo en que sonreía, Lali comprendió que sabía que lo había visto desnudo y su corazón se aceleró. Se puso roja. A pesar de ello, no pudo dejar de mirarlo.
-Me excita tu timidez y el modo en que te ruborizas -le confesó Peter abiertamente.
-Debes de estar hambriento -dijo Lali ignorando su comentario.
-Ahora mismo, de lo único de lo que tengo hambre es de ti -dijo mirándola de manera provocadora.
-No deberías decirme esas cosas.
Peter se sirvió un vaso de agua y se lo bebió de un trago.
-Eres una mujer muy guapa y me gustas mucho. No puedo evitar sentirme atraído por ti, pethi mou, esa es la verdad.
Lali lo miró largamente y por fin bajó la mirada. En aquel instante, se percató de que la tela del pantalón no podía disimular su erección.
Lali se quedó paralizada. Aquello que tanto había rechazado en otros hombres le producía una sensación diferente con Peter. Estaba fascinada y tuvo que desviar su atención. Trató de contenerse, pero la curiosidad que sentía pudo con ella.
-¿Has tenido muchas relaciones?
-No -contestó Peter negando con la cabeza.
¿De verdad crees que soy guapa?
Él observó su dulce rostro y se preguntó cuál sería el motivo por el que su autoestima era tan baja.
-Por supuesto que sí.
Su naturalidad lo conmovía. Era diferente a todas aquellas bellezas con las que daba rienda suelta a su apetito sexual. Aquellas mujeres eran tan hipócritas como él.

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