Tuesday, September 8, 2015

capitulo 5

Lali, que durante todo el día no había llorado, se sintió muy conmovida ante el interés y cariño que la vieja sirvienta demostraba hacia ella, pues la mujer debería preocuparse de su propio futuro.
-Sí, todo va a ir bien -aseguró Lali, a la vez que pensaba en que, si su abuelo le había dejado suficiente dinero, ella se encargaría de darle algo de tranquilidad a esos ancianos.
En alguna ocasión, recordó Lali con un suspiro, Benjamin le había dicho que su deseo más ardiente era poseer una granja. Como ninguno de los dos tenía dinero, la idea no pasó de ser un anhelado sueño, pero quizá ahora ella pudiese adquirir una pequeña extensión de terreno y construir una modesta vivienda para poder casarse de inmediato y Benjamin ya no necesitaría seguir buscando trabajo, pues podría tener una tierra propia para trabajarla. Estarían juntos para siempre, en vez de tener que contentarse con mantener una relación por carta. Pobre Benjamin, ¡le era tan difícil escribir! Ella atesoraba todas y cada una de sus cartas, aunque casi nada más hablaban de sus actividades diarias y de su frustración a causa de la inactividad.
-¡Lali! -exclamó Agustin-. El señor Coverdale nos está esperando.
Los ojos de ella brillaron sorprendidos mientras Maisie, con expresión culpable, regresaba a su trabajo.
-Desearía que recordaras que esa mujer es sólo el ama de llaves y no tuvieras tantas confianzas con ella -se quejó Agustin con Lali cuando ésta lo siguió; ella no pudo contestarle como se merecía debido a la presencia de los demás, contentándose con reflexionar en que la opinión de él no le importaba en lo más mínimo.
Para Maisie sería un verdadero alivio retirarse. Excepto Lali, ninguno de los Esposito la trataba bien. Lo único que ellos respetaban, aparte del gran dios Dinero, era la línea de separación entre la familia y el personal de servicio, entre quienes parecían considerar a Lali. Agustin pensaba ahora en ella como un miembro más de la familia, pero sólo porque la consideraba digna de recibir una propuesta suya de matrimonio.
Al verla llegar, el notario de su abuelo, un hombre de casi sesenta años de edad, se acercó a saludarla, así como a disculparse por no haber asistido al funeral. En la estancia se encontraban James y Celia, padres de Vico; así como Julia, la hermana mayor de Agustin, quien lo había cuidado desde la muerte de sus padres. Peter fue el último en entrar. De súbito, Lali recordó que a él no le gustaba el té, por lo que con rapidez se dirigió de nuevo hacia la cocina.
Aunque Adam protestaba contra la reputación y estilo de vida de Peter, Lali recordaba que durante su triste niñez, Peter había sido bueno con ella. De hecho, a los dieciséis años de edad se enamoró sin esperanza de Peter, quien a sus ojos de adolescente constituía el ideal de las fantasías de cualquier mujer. Por suerte, él no se dio cuenta de nada.
-¿A dónde vas ahora? -le preguntó él sujetándola por la manga-. Ve a sentarte. Pareces exhausta.

5 comments: