Monday, September 7, 2015

capitulo 66

Lali se quedó helada. De pronto aparecieron tres hombres en la pista, con cámaras de fotos en las manos. Los guardas de seguridad de Peter entraron en acción y no les dejaron sacar fotografías. Peter y su compañera levantaron la cabeza.
Lali reconoció a la rubia, justo en el momento que Peter la vio a través de las cristaleras del aeropuerto. Una sonrisa se dibujó en sus labios, pero nada más darse cuenta de lo que ella estaba pensando, soltó su maletín y el paquete que llevaba bajo el brazo y se echó a correr por la pista, haciendo caso omiso de lo que le decían los guardas de seguridad.
Pero Peter llegó demasiado tarde. Lali ya había desaparecido entre la multitud.

Lali estaba sentada, mirando a su capuccino. Cuando salió del aeropuerto de Fiumicino, se metió en un taxi y le dijo al conductor que la llevara al centro de la ciudad. Había estado caminando por las calles durante horas, hasta que sus piernas ya no pudieron aguantar más y se tuvo que sentar en la terraza de una cafetería.
Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en la Piazza Navona. Justo la semana antes había estado allí con Peter. Seguro que el recuerdo de aquel día, fue lo que la hizo llegar hasta allí. Porque no sólo se habían ceñido a visitar los lugares antiguos de la ciudad.
En la iglesia de Santa Maria della Pace, Peter le había enseñado unos frescos maravillosos de Rafael, y habían entrelazado sus manos mientras los observaba. Como dos recién enamorados, habían paseado por Via del Governo Vechhio, para admirar los edificios del Renacimiento. Habían comido en un bar desde donde se veían unas fuentes barrocas. Durante la sobremesa, Peter la había besado los dedos uno a uno, y su corazón se había llenado de amor y necesidad.
Lali parpadeó, incapaz de retener en su mente las imágenes que le producían en ese momento un dolor insoportable. Estaba todavía conmocionada. Nada la podría haber preparado para el devastador descubrimiento de que la rubia que estaba besando a Peter en Cagliari cinco años antes, y Melina Bucelli, la chica que Sonia Lanzani quería para su hijo, eran la misma persona.
Lali nunca le había preguntado a Peter nada de la mujer con la que la había traicionado. No había querido saber nada más. En aquel tiempo, su matrimonio había sido una especie de charada. Había archivado ese episodio en el pasado, donde tenía que estar, sin imaginarse que Peter pudiera seguir teniendo relación con la mujer. Había preferido pensar que aquella rubia despampanante era sólo una aventura pasajera... Lo paradójico era que no se podía imaginar a Peter con una mujer de esa clase. Mellina Bucelli, que contaba con la aprobación de su madre, debía proceder de una familia aristocrática. Además, era una mujer muy guapa, y eso era más difícil de soportar. Pero lo que no podía entender Lali, era la relación que Peter tenía con esa mujer.
Cinco años antes, Peter había sido amante de Melina, a pesar de no haber anulado su matrimonio, por lo que no se podía casar de nuevo. Lo cual le planteaba otra pregunta a Lali. ¿Por qué Peter había dejado que el matrimonio se prolongara durante tanto tiempo? No encontraba explicación del porqué Peter había querido seguir siendo un hombre casado.

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