Sunday, May 17, 2015

capitulo 22

 Lali, ya despierta, contuvo un sollozo, mientras se preguntaba que hacia Peter en su dormitorio e intentaba recuperar el control. Hacia mucho que no tenia esa pesadilla. Desde pequeña, se habia acostumbrado a enterrar en su mente los echos desagradables. Lo que no podia cambiar, tenia que tolerarlo. Volvio a dejarse caer sobre la almohada y se tumbo de costado.
—¿Qué ocurrio¨? —repitio Peter, apoyando una mano suavemente en su espalda cuando ella volvio a estremecerse con un sollozo.
—Me encontre con Gaston a escondidas y papá hizo que le dieran una paliza mientras yo miraba —musito temblorosa—. Reían a carcajadas mientras le pegaban.  Peter, descondertado, trago una bocanada de aire. Lali movio la cabeza, alzo su rostro triangular y arrebolado y clavo en el unos ojos negros y tormentosos.
—Él me queria, y casi lo mataron por eso.
A Peter no le gustaba nada lo que estaba oyendo, pero otras respuestas más primarias le impedian reaccionar. Lali, con el cabello revuelto, los labios hinchados y rosados y los ojos brillantes era pura sensualidad. Unas finas tiras sujetaban el diminuto pedazo de seda sobre sus delicados y blancos hombros, que dejaba entrever la provocativa curva de sus senos. La respuesta viril de Peter fue instantanea y un fuerte deseo sexual lo recorrio como una descarga de adrenalina.
—¿No vas a decirme que todos los padres griegos deben salvaguardar la virtud de sus hijas? —presiono Lali.
—No, y menos de esa manera. Pero, ¿qué futuro podria tener una Esposito con el hijo de un pescador? —inquirio Peter con frialdad.
—Gaston estudiaba el último año de Mediciina y lo conocia de toda la vida —se defendio Lali.
Aunque la inteligencia de Peter le advertia que las malas noticias sobre el hijo del pescador estaban alcanzando dimensiones intolerables, luchaba con el deseo de aplastarla en sus brazos, como un hombre de las cabernas, hasta borrar de su mente cualquier pensamiento que no se centrara unica y exclusivamente en el.
En el pesado silencio que siguio, los ojos de Lali se encontraron con los de él, esmeralda fundido enmarcado por pestañas negas como la tinta. Su mirada ardiente hizo que se le secara la boca y el corazon se le desbocara. Sintio como su cuerpo la traicionaba; sus senos se endurecieron e irguieron, y noto un calor abrasador y desconcertante entre las piernas.
Él se inclino hacia ella y enrededo los dedos, largos y morenos, en su cabellera, para luego acariciarle la mejilla. Lali alzo los ojos hacia el, sin aliento, examinando sus bellas facciones: nariz afilada, ojos centelleantes, menton marcado y fuerte y una boca amplia y sensual. Sintio que se derretia por dentro como un helado al sol, y su excitación se disparo.

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