-Te gusta controlar y yo he descubierto el botón de tu autodestrucción. Seguro que con esa técnica controlaste a Nicolas y al «musculitos» con toda facilidad.
-¿Al «musculitos»?
-Nico... él es el que te ha arrojado a mis brazos. ¿De verdad puede creer que vas a volver con él después de vivir conmigo y entrar en mi mundo?
-Yo no voy a vivir ni a estar contigo.
-Pero eso de salir corriendo es ya historia. Nicolas está muerto. Y tú eres la esposa de Peter Lanzani... por el momento. No tendré que esperar mucho para que vengas por tu propio pie a mi cama. Yo diría que eres físicamente incapaz de salir de ella.
Ya había desaparecido en la oscuridad, cuando Lali le preguntó:
-¿Cómo vuelvo a mi habitación?
Peter se dio la vuelta y empezó a reírse a carcajadas. Lali se metió las manos en los bolsillos y sintió un odio profundo por él. En silencio, porque ella no podía articular una palabra, llegaron al pasillo.
-Ya sé dónde estoy.
-¿De verdad? -su tono tenía más de un significado.
Lali se puso en tensión cuando sintió el brazo de él en su espalda. Levantando la mano, Peter se enroscó uno de sus rizos en el dedo, observando la acción con cara de satisfacción.
-Aunque estés al borde de un ataque de pánico, piensa en las ventajas. Compláceme y nunca más tendrás que venderte a otro hombre mayor que tú otra vez.
Lali se metió en su habitación dando tumbos, como si estuviera borracha. Todo su cuerpo temblaba. Habían pasado muchos años desde que se había sentido tan débil y sin poder a causa de una persona. Peter lo había conseguido en tan sólo treinta y seis horas.
Había encontrado su talón de Aquiles. Había cometido una locura desafiando a un hombre tan sensual y con tanta experiencia como él. ¿Si terminaba en la cama con un hombre que la despreciaba, cómo se iba a sentir después? Era mejor pensar que podía resistir sus instintos más básicos.
Peter era la tentación a la que no podía resistirse. A pesar de ser una persona ignorante, arrogante, machista y manipuladora. La había llamado muñeca de trapo, y ella había estado comportándose como una muñeca de trapo, como un juguete con el que se podía jugar cuando uno le apeteciera. Aunque en un par de ocasiones había conseguido vencerlo dialécticamente, el precio que había tenido que pagar había sido muy alto.
¿Por qué Nicolas no le había dicho nunca que Peter podía ser tan impredecible? ¿O que debajo de esa ropa tan cara, se escondía el alma y el corazón de un macho primitivo y apasionado, que no sólo quería ganar, sino también dominar?
¿Y qué pasaba con las otras mujeres de su vida?
Rocio, la querida, que aunque emocionalmente indiferente, se mostraba vengativa al comprobar que su sitio lo ocupaba otra. ¿Y dónde encajaba la a actriz italiana, Euguenia Suares, que se suponía que era su único amor? Era evidente que Peter no era un hombre de principios morales. Y también ella había estado a punto de caer víctima de su magnetismo sexual.
Era el momento de empezar a utilizar la cabeza. ¿Por qué tenía que quedarse en Grecia? Sería una locura encontrarse otra vez con Emilia. Lo único que debía hacer Peter era decirle que lo había abandonado. Que se había encontrado con su querida y que se había ido. ¿Ido, dónde? Lali no tardó ni dos minutos en imaginarse el destino más deseado. Se iría a Mallorca, a ver Son Fontanal, antes de que Peter lo pusiera a la venta.
Una hora más tarde, cargada tan sólo con la bolsa de equipaje, Lali estaba descolgándose por el balcón de su habitación. Se agarró a la tubería del desagüe y bajó hasta el suelo sin hacer el menor ruido. Uno de los perros empezó a ladrar. Salió corriendo hacia el jardín, esquivándolo como si fuera un ladrón profesional. Oyó los ladridos de más de un perro a la vez. Su cuerpo empezó a producir adrenalina. Cuando llegó al muro que rodeaba la finca, se oyó una sirena y, de pronto, salió un hombre, casi de la nada.
Lali se apresuró hacia el muro. El hombre se interpuso en su camino. Estaba a punto de pegarle una patada, pero cuando tosió, lo reconoció.
-¿Pablo... ?
El hombre se quedó paralizado.
-Pablo, por favor -suplico, cuando oyó que los perros se acercaban.
pobre lali la verdad que es mejor que se escape este peter lo odio es insoportable
ReplyDeletemas ;D
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