Wednesday, May 13, 2015

capitulo 38

-¿Por qué estás tan enfadado?
-Eso es una pregunta un poco estúpida. De hecho creo que es la pregunta más tonta que me han hecho nunca.
Peter se sacó del bolsillo un pañuelo blanco y le secó sus húmedas mejillas. Lali se quedó mirándolo con asombro.
-Oh, ya -murmuró, sintiéndose cada vez más confusa-. No quieres que este matrimonio se acabe tan pronto...
En respuesta, Peter inclinó un poco la cabeza y le dio un beso apasionado en la boca. Lali sintió que todas y cada una de las células de su cuerpo se encendían. Cuando él apartó la cabeza, Lali se quedó mirándolo a los ojos.
Peter respondió a su mirada con un comentario un tanto desconcertante.
-Esta noche iremos a cenar a Formentera. Así los criados tendrán tiempo para ordenar todo un poco.
Vestida con un sofisticado vestido color gris perla brillante, Lali se quedó un tanto asombrada al comprobar que todo aquel lujo le gustaba. El hotel era fabuloso. Incluso creía haber reconocido a un par de caras famosas. Pero Peter era, con diferencia, el más guapo de todos. Tenía un cuerpo espectacular, una piel dorada increíble y unos ojos verdes con cejas larguísimas, que dejaban sin respiración. Todas las mujeres lo miraban. Lo sorprendente era que estuvo todo el tiempo halagándola y prestándole toda su atención. Ni siquiera miró a una
rubia impresionante que había hecho girar la cabeza a todos los hombres que había en el salón.
-Estás muy callada -murmuró Peter. Le costó un mundo apartar su mirada de él. Furiosa consigo misma, Lali se entretuvo mirando el reflejo de la vela en el anillo de platino que él le había dado para sustituir al que ella había tirado. Frunció el ceño. ¿Por qué estaba tan cariñoso con ella?
Lali miró la copa de champán y suspiró.
-Estaba pensando en Nico -mintió, un poco asombrada de haberse olvidado de lo que tan sólo hacia unas horas le había dolido tanto.
-¡Theos...! -suspiró Peter con impaciencia-. ¡Otra vez no!
Lali echó la cabeza para atrás y le respondió:
-Puede que no tenga tu educación, ni tu posición social, pero Nico siempre está cuando lo necesito.
-Sólo cuando esa necesidad no entra en conflicto con su avaricia -replicó Peter, apoyándose en el respaldo de su silla.
-No puedes esperar que una persona te anteponga a todo. Ni siquiera Nicolas lo hacía -contestó Lali con dificultad-. Pero cuando yo lo necesité, Nico no me abandonó... -se echó un poco más de champán en su copa.
-Te escucho -comentó Peter. Lali tragó saliva.
-Cuando tenía trece años, dos chicos me metieron en una habitación e intentaron violarme.
Nico se lo impidió y se enfrentó a los dos.
Peter se puso pálido. Guardó silencio y torció un poco la boca.
-¿Tengo que empezar a llamarlo San Jorge? Antes de decidirlo, podías responderme a una pregunta. ¿Cuánto tiempo tardó en conseguir lo que los otros querían conseguir por la fuerza?
Lali se encogió como si la hubiera pegado.
-¿Es así como habrías actuado tú?
Al darse cuenta de su desconcierto, Peter frunció el ceño, estiró una mano y apretó sus dedos.
-Lali, yo...
Lali apartó la mano y respondió:
-Yo le recordaba a su hermana. Cuando era un niño, tuvo que cuidar de Cande, porque su madre era alcohólica. Luego, Cande fue adoptada y a Nico lo abandonaron. Le dejaban visitar a su hermana, pero no era lo mismo. Por eso salió en mi defensa aquella noche. Se levantó y salió del comedor, con lágrimas en los ojos. Cuando llegó al vestíbulo, sintió una mano en la muñeca. -Lali...

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