Friday, May 15, 2015

capitulo 4

Alejo Esposito era un hombre dominante y controlador con un carácter explosivo que podía convertirse en violencia en segundos y que consideraba a la mujer un ser inferior y una posesión. Ya de niña, Lali había aprendido el código de comportamiento que debía mantener ante su padre, y sabía controlar la lengua y mantener la cabeza gacha. En más de una ocasión lo había visto golpear a su madre, ya fallecida. Cuando creció, por mucho que Julia Esposito intentara protegerla, ella también había sufrido los mismos malos tratos.
La puerta del dormitorio se abrió bruscamente. Lali dio un respingo y se volvió hacia el rostro delgado y agrio de Gimena, la hermana de padre.
—¿Por qué estas siempre mirándote al espejo? —resoplo Gimena con desprecio—. Es una tontería siendo tan fea. Si hubieras nacido Esposito, serías una belleza.
Lali, acostumbrado a las pullas de la mujer, se resistió a la tentación de preguntarle que había fallado en su caso, pues seria difícil encontrar algo atractivo en sus rasgos afilados. En cuanto a lo de “no” haber nacido Esposito,Lali sabia perfectamente que era adoptada, y evitaba los enfrentamientos con Gimena, para que no se quejara a su hermano de que había sido grosera.
Su tía cumplía con fervor religioso las normas de su Alejo y la satisfacía denunciar ante él a cualquier incauto que no lo hiciera. Gimena no había tenido problemas para dominar a la gentil inglesa que su hermano había tomado como esposa, pero su hija adoptiva era un hueso mas duro de roer. Lali no contestaba mal y demostraba un respeto superficial, pero desde que, cuatro años antes, la habían traído gritando y pataleando de vuelta del aeropuerto de Atenas, había en su mirada una determinación estoica, y Gimena se sentía frustrada como un mosquito que aguijoneara a una víctima insensible.
—Tu padre tiene noticias interesantes para ti —informo Gimena secamente.
—Me encantara escucharlas —dijo Lali cruzando la antesala al dormitorio lentamente, con aprensión.
—Has sido una hija muy desagradecida —réprobo duramente Gimena—. ¡No te mereces lo que vas a tener!
¿Qué podía ser? El obvio resentimiento de su tía exacerbo la curiosidad de Lali, pero el nudo de ansiedad que sentía en el estomago se acrecentó. Era incapaz de estar ante su padre sin sentir miedo, y el no era un hombre que hiciera regalos. De hecho, Lali se preguntaba a menudo si su padre sentia placer al negarle todo lo que deseaba. Nunca la había querido y, cuando su madre adoptiva murió, disfruto contándole por que la habían adoptado.
Julia Esposito había tenido un niño, Pablo, al año de casarse, pero en los siete años siguientes no volvió a concebir. Alejo Esposito, desesperado por no tener un segundo hijo, oyó decir que algunas mujeres se quedaban embarazadas después de adoptar uno. Se pensaba que, al satisfacer su deseo de tener otro hijo, la mujer se relajaba y era mas fácil que volviera a concebir. Por desgracia, la llegada de Lali no había cumplido esas expectativas. Como Alejo solo la consideraba un medio para un fin, nunca había contado con su afecto paterno.

3 comments:

  1. por lo que veo alejo es un hdp pobre lali espero el proximo cap

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  2. me re encanta tu nueva nove espero que puedas subir mas besos

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