-Todavía te sonrojas con inocencia. Eso me excita aún mas -le susurró al oído mientras que con un pie echaba la sábana para atrás y con la mano tiraba de ella y le quitaba la toalla. Lali no pudo reaccionar y, cuando se dio cuenta, estaba sobre él.
-¡No!
-Hueles a jabón. Pero aunque estés sudorosa, también me excitas. Me gusta olerte, chuparte, morderte -le susurró con un tono muy sensual mientras le separaba las piernas y se ponía encima de ella, poniéndole en su pubis su miembro erecto.
Lali sintió un fuego ardiendo justo en la boca de su estómago.
-Te está esperando tu abogado -logró decir Lali, luchando por mantener el control.
-Ya se ha marchado -respondió, frunciendo el ceño-. Ha venido sólo a dejar unos papeles, y no se ha querido quedar a comer siquiera -le dijo, mirándola a los ojos.
Lali no podía apartar la mirada de él. Sentía los pechos hinchados, los pezones duros, deseando que él se los chupara y se los tocara con las manos.
-Además, nosotros no necesitamos a nadie más. Di algo -la invitó Peter.
Lali abrió sus labios y sólo pudo decir un par de palabras, de tan excitada que estaba:
-Por favor...
Peter acarició su cuerpo, buscando sus pechos. Le acarició los pezones con los pulgares y ella arqueó su cuerpo y se pegó a él, restregándose para buscar más placer. El la besó y la tendió en la cama. Ella respondió con desesperada urgencia. Le acarició los hombros, quejándose de placer y de impaciencia.
-Siempre quieres ir muy deprisa...
Lali dobló su cuerpo. No podía casi aguantar el fuego que ardía en su interior. Se agarró a su pelo y le rodeó el cuerpo con las piernas, invitándole a entrar en ella.
Peter le puso las manos en las caderas. Estuvo dudando.
-No quiero hacerte daño otra vez.
-En mis fantasías eróticas, nunca discutes conmigo. y no me haces esperar -contestó Lali.
El silencio fue como una tormenta. Lali cerró los ojos.
-¿Qué quieres que haga? -murmuró él.
-Lo que yo deseo -replicó ella.
Peter lanzó una carcajada y fue metiendo su miembro en la húmeda cavidad que lo estaba esperando.
Lali estaba tan excitada que no podía pronunciar una sola palabra. La penetró suavemente y ella le clavó las uñas en la espalda. El placer era tan intenso que llegó a perder casi la consciencia.
-Abre los ojos -le ordenó Peter. Lali levantó los párpados, pero no pudo resistir mucho tiempo. Porque él entraba y salía con una suavidad que la enloquecía. Después aceleró el ritmo, para luego ir poco a poco más lento. Y ella lo único que pudo hacer fue agarrarse a él y sollozar de placer. Peter continuó, transportándola a otros mundos, hasta que el fuego que atormentaba su interior hizo explosión provocando una oleada de satisfacción.
Agarrada todavía a él, estremeciéndose, Lali le dio un beso en el hombro. Y a los pocós segundos su cuerpo sintió una paz absoluta.
Peter se apartó y se tumbó a su lado.
-¿Dónde estás, que no se te ve debajo de todo ese pelo? -le preguntó, apartándole de la cara su pelo rizado.
Le acarició la mandíbula y Lali giró la cabeza, para sentir la palma de su mano. Aquella era la primera vez que habían hecho el amor.
-No puedo parar de tocarte... -susurró él-. Te quiero.
Cuando la abrazó, ella sintió un escalofrío de placer. Le metió los dedos entre su pelo y se sintió feliz.
-Ha sido una muy buena idea darles el día libre a los criados -musitó Lali, sentada en el borde de la mesa, mientras miraba a Peter terminar de comerse el sandwich que ella le había preparado-. Aunque nunca me hubiera imaginado que no sabes ni freír un huevo. -Pensé que tú sabías cocinar.
me encanto el cap mas.
ReplyDeletequieroooooooooooooooooooooo
ReplyDeletemasssssssssssssssssss
ReplyDeletenovelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ReplyDelete=)
ReplyDelete