Thursday, May 14, 2015

capitulo 56

-Tenía ya una gran carga sobre sus hombros -Emilia miró a Lali y suspiró-. Durante toda mi vida he conseguido las cosas que quería sin ningún esfuerzo. Cuando perdí al niño que iba a tener y los médicos me dijeron que era casi imposible que pudiera tener hijos, le eché la culpa a mi marido y lo rechacé. Le dije que quería pasar un tiempo sola y me fui. No puedo recriminarle que se fuera con otra mujer...
-No sabía que Nicolas y tú hubierais tenido problemas.
-Eso fue antes de que tú vinieras. Y yo dejé que mantuviera a Lali en secreto, sólo para conservar mi propio orgullo también. Además, sabía que su madre se había casado y por eso me sentía más segura. Los años pasaron y siempre quise conseguir esas fotos. Sabía que Nicolas las tenía guardadas en una caja de seguridad.
-Así que durante todo este tiempo sabías que yo existía -susurró Lali.
-Pero nunca se me ocurrió que Nicolas te había encontrado. Sabía que lo había intentado cuando eras más joven, pero que no lo consiguió. Un día, hace seis meses, apareció en casa muy contento. Incluso llegué a sospechar de que tenía una amante -Emilia miró a Lali, con un tono cálido en sus ojos-. Pero me alegra que te encontrara, Lali. Me alegra que estuviera viviendo contigo antes de morir. Sabía lo que eso significaba para él.
Lali se humedeció sus resecos labios.
-Eres muy comprensiva.
-Los secretos ponen a todo el mundo en una posición muy incómoda -señaló Emilia-. También conozco el testamento que redactó mi marido. Lo que quiero que me digáis es si estáis casados porque los dos queréis, o porque así lo pidió Nicolas en el testamento.  Lali tragó saliva.
-Estamos fingiendo...
-¡Y un cuerno! -gritó Peter, mirando a Lali con desaprobación.
-A lo mejor no debía haber hecho esa pregunta -dijo Emilia, sonriendo y poniendo en la mesa la taza de café-. Pero si pensáis que podéis estar viviendo juntos el tiempo suficiente como para darme un nieto, yo me alegraría mucho. Toda la vida he estado esperando ese momento.
Lali se miró los pies, y se puso colorada. No podía mirar a Peter. Se daba cuenta de lo que la viuda de su padre estaba intentando decirle. Emilia le estaba diciendo que la aceptaba como una parte de la familia.
-¿Dónde vas? -le preguntó Peter a su madrastra.
-Sólo he venido de visita y para aclarar unas cuantas cosas. En otro momento volveré a Son Fontanal. Por cierto, Lali... -Lali levantó la cabeza, muy nerviosa. Emilia sonrió de nuevo-. Tu padre convenció a su madre para que no vendiera los retratos que había en la casa. Me encantaría verlos otra vez colgados donde siempre han estado.
-Vaya un repaso nos ha dado a los dos -murmuró Lali mientras veía alejarse la limusina.
Todavía un poco aturdida por aquella sorpresa, Lali volvió a la casa. Y de pronto pensó que si Emilia lo sabía todo, no había necesidad de seguir fingiendo, ni había que esperar más para conseguir el divorcio. De pronto, sintió que sus piernas no la sostenían. Emilia había destruido las premisas sobre las que se cimentaba aquella relación.
-¿Cómo le has dicho que nuestro matrimonio era una farsa? -la condenó Peter-. ¿Piensas que era necesario?
-Le dije la verdad. Después de haber sido ella tan franca, habría sido un insulto contarle una mentira.
-¿No estamos casados? ¿No somos amantes?
-¡Tú me dijiste muy claramente anoche lo que sientes por mí!
-¡Christos! Creía saberlo, pero ahora no lo tengo tan claro. Es posible que yo haya herido tu orgullo por no haber admitido que eras la hija de Nicolas, pero has de entender que era algo increíble -le dijo, mirándola a los ojos-. Está bien, estaba equivocado, pero lo que no entiendo es por qué no me lo dijiste otra vez, cuando ya nos conocíamos mejor. -Pensé que iba a dar igual...
-¡Pues no habría dado igual, si lo hubiera sabido! -le gritó Peter-. Me quedé destrozado al enterarme del contenido de esa carpeta.

2 comments: