Saturday, May 2, 2015

capitulo 65

—Tengo que verte.
—¿Para qué? —preguntó ella, sorprendida.
—Ha ocurrido algo importante y no quiero esperar hasta mañana para decírtelo —admitió Peter, buscando una razón que pudiese convencerla—. Mira, me gustaría que mañana me acompañases a ver la casa de la que te hablé. ¿Puedes acompañarme?
—¿Mañana? No sé...
—Es tarde, Lali. Podrías dormir en mi casa esta noche... y saldríamos desde aquí a primera hora.
—¿Dormir en tu casa, en tu famoso dúplex?
—Por favor —le suplicó Peter.
Peter Lanzani suplicando. Eso sí era nuevo.
—Muy bien. Nos veremos en tu casa dentro de una hora.
—Enviaré un coche a buscarte.
Un criado la acompañó por el elegante pasillo hasta un impresionante salón, donde Peter la esperaba. Estaba muy serio.
—¿Qué ocurre?
Él tomó su mano.
—Tengo que decirte algo.
—Muy bien —murmuró Lali, soltándose sin brusquedad.
No iba a ser su amante y estaba claro que Peter no era amigo de las mujeres, de modo que esos gestos ya no tenían sentido. Era ella quien debía marcar las fronteras de su relación y estaba dispuesta a hacerlo.
Por eso no debía fijarse en lo sexy que era la sombra de su barba, ni en la mandíbula cuadrada que siempre le pareció tan masculina, ni en aquellos ojos que la habían hipnotizado durante dos años...
—Pareces cansada —dijo él—. Siéntate, por favor.
—Lo estoy, pero no importa. Ya me he acostumbrado —suspiró Lali, dejándose caer en el sofá—. ¿Qué querías contarme?
—Hoy he descubierto algo que me ha dejado perplejo —contestó Peter, sentándose a su lado—. Como ya sabes, Euguenia ha tenido aventuras con otros hombres...
—¿Lo sabes?
—Lo he descubierto esta noche. Y también he descubierto que mi hermana mintió al decir que te había visto con Gaston Dalmau.
Lali cerró los ojos un momento. Si aquello hubiera ocurrido unos meses antes... Pero al fin la pesadilla había terminado, se dijo. Peter aceptaba que no lo había engañado con otro hombre.
—Me alegro de que lo sepas.
—Me gustaría decir que Euguenia lamenta mucho lo que pasó, pero no es verdad. No sabía que mi hermana estuviera tan resentida contigo.
—Pues debía estarlo —dijo Lali, irónica—. Me llamó «puta» en su fiesta.
Peter enterró la cara entre las manos.
—¿Por qué no me lo contaste?
—¿Para qué? Te conté que no había besado a Gaston y no quisiste creerme.
—Pensé que conocía bien a mi hermana, pero estaba equivocado. No
veía lo que es en realidad, una niña malcriada, egoísta y frívola —murmuró Peter—. Muy bien, lo admito. No quería ver lo que tenía delante de mis ojos.

No comments:

Post a Comment