Friday, May 1, 2015

capitulo 16

Lali se puso colorada. ¿La creía una charlatana? ¿Qué veía en ella? Le costó mucho, pero consiguió hablar como si no pasara nada... mientras se miraba al espejo del pasillo. La imagen que le devolvía era poco halagadora. ¿Cómo un hombre como Peter podía estar interesado en una mujer como ella?
«Para, para, para», le decía una vocecita. Decidida, se dio la vuelta, jurándose a sí misma que la depresión no la llevaría a la nevera.
En Suiza, Peter colgó el teléfono con el ceño fruncido. Lali parecía disgustada. Y ella nunca estaba disgustada. Todo lo contrario, era una chica siempre alegre, siempre dispuesta a ver el lado positivo de las cosas. Cuando le pasaba algo, siempre se lo contaba... ¿Qué problema podía tener?
Aunque no lo sabía, Lali disfrutaba de una discreta protección veinticuatro horas al día. Peter, como tantas personas de su posición, había recibido amenazas. Preocupado porque ella se convirtiera en objetivo, Peter había contratado un equipo de profesionales para que velasen por su seguridad. Había pensado decírselo, pero temía que los guardaespaldas la asustaran. Ella era tan amistosa, tan simpática con todo el mundo, tan ingenua... No quería cambiar eso y decidió que era mejor no contárselo. Por un momento, pensó preguntar al equipo de seguridad dónde había estado y con quién. Pero no, eso sería aprovecharse de la situación. No tenía ningún derecho a hacerlo.
Aun así, que Lali le hubiera dado causa de ansiedad por primera vez hizo que se volviera hacia los ejecutivos con gesto frío y cortante.
Lali siempre se arreglaba para Peter. Mientras miraba en su armario, lo dividió mentalmente en tres colecciones de ropa: de las tres, sólo podía ponerse una en cualquier momento. La primera había disfrutado de un breve período de vida después de una dieta rigurosa, la segunda era la que había comprado cuando volvió a engordar. La tercera era ropa ancha, que podía ponerse en cualquier ocasión sin temor a parecer demasiado «gordita».
Mientras sacaba un vestido de la percha la cabeza empezó a darle vueltas y tuvo que agarrarse a la puerta del armario para no perder el equilibrio. No era la primera vez que le pasaba, pero pensó que era debido a un resfriado que había sufrido unos meses antes y que no había podido curarse del todo. Sin duda era eso y no le apetecía perder el tiempo yendo al médico.
En una hora, Peter estaría de nuevo con ella y se negaba a atormentarse con los comentarios de Candela. Su amiga sólo había querido ponerla en guardia porque estaba preocupada, pero Lali sabía que Candela había tenido varias relaciones fallidas y que desconfiaba de los hombres en general. Además, ella no conocía a Peter, no sabía lo maravilloso que era.
Peter intentaba alejarse de cierto tipo de prensa y hacía todo lo posible por mantener su vida privada en secreto. No era fácil que Lali se
enfadara, pero lo había hecho al leer artículos que utilizaban viejas fotos y viejas historias para seguir describiendo a Peter Lanzani como un mujeriego frío y sin corazón que, además, se mostraba inhumano en los negocios. ¿Habría leído Candela esos artículos?
Mientras se cepillaba el pelo, pensaba en el hombre que ella conocía: generoso, fuerte, apasionado... todo lo que había soñado siempre.

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