Friday, May 1, 2015

capitulo 21

Ella se puso pálida, como si la hubiera abofeteado. Aparentemente, Peter creía que era muy fácil distraerla.
—¿Ésa es la respuesta? Quiero sentir que soy parte de tu vida, no sólo alguien con quien te acuestas...
Él abrió los brazos, suspirando.
—¡Pero eres parte de mi vida!
—Si eso es verdad, ¿por qué no conozco a tus amigos? ¿Te avergüenzas de mí?
—Cuando estamos juntos, prefiero tenerte para mí solo, pedi mu. No voy a pedir disculpas por eso —contestó Peter—. Cálmate. Te estás po-niendo nerviosa...
—No estoy nerviosa. Sencillamente, estamos teniendo una discusión — replicó ella, buscando dentro de sí la tranquilidad que le hacía falta.
—No pienso discutir contigo.
—¿Otra cosa más que te niegas a hacer?
En ese momento, empezó a sonar el teléfono y Lali se alegró de la interrupción.
—Dile a Peter que se ponga... —oyó la voz de Euguenia.
—Un momento, por favor.
Si Euguenia no encontraba a Peter en el móvil, no tenía ningún problema en llamar al ático. Los Lanzani estaban muy unidos desde que sus padres murieron, cuando Euguenia era una adolescente, y todavía se apoyaba mucho en su hermano. Pero no parecía saber quién era Lali, porque siempre le hablaba como si fuera alguien del servicio.
Peter tomó el teléfono.
—¿Sí? —murmuró. Pero miraba a Lali. Estaba furioso con ella. ¿Por qué quería estropear lo que había entre ellos? El diálogo telefónico continuó en griego. Lali entendía algo porque llevaba varios meses estudiando ese idioma para darle una sorpresa. Euguenia estaba recordándole a su hermano que daba una fiesta en su casa la semana siguiente.
Por supuesto, Peter no la invitaría a esa fiesta. Él no tenía prisa por incluirla en su círculo familiar o de amistades. ¿Era porque sólo la utilizaba para el sexo?
Sexo fácil, sin complicaciones, con una mujer que había sido lo suficientemente tonta como para entregarse desde el principio. ¿Cómo iba a quejarse si Peter nunca le había prometido nada y ella no le había exigido promesa alguna?
Angustiada, Lali se apartó. Tenía ganas de llorar, pero no quería hacerlo delante de él.
Sin embargo, no podía dejar de darle vueltas a la situación. Peter era un hombre muy apasionado, con un deseo insaciable. Pero le interesaba más su trabajo que el placer y una mujer que exigía poco era una necesidad
para él. Sin duda, se lo había puesto en bandeja. No le exigía nada, no le montaba una escena cuando llegaba tarde, había aceptado un papel secundario en su vida...

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