capitulo 27

Ojalá se hubiera quedado en casa. Había creído que acudir a esa fiesta sería un paso adelante en su relación con Peter, pero estaba siendo todo lo contrario. No le había presentado a nadie, ni siquiera le había hecho un gesto de complicidad delante de la gente...
Encontrándose sola en un tranquilo corredor, Lali apoyó la oreja en una puerta y, cuando estuvo segura de que no se oía nada, empujó el pi-caporte.
Pero dentro se encontró con un espectáculo que no esperaba: Euguenia, la hermana de APeter, besando apasionadamente a un hombre que no se parecía en absoluto a su marido, Benjamin Amadeo.
La consternación paralizó momentáneamente a Lali. Nerviosa, volvió a cerrar la puerta e iba a darse la vuelta cuando Euguenia salió como una fiera.
—¡No te atrevas a contárselo a Peter! —le espetó, furiosa—. Si me hermano se entera de esto, te destrozaré la vida.
Incrédula, Lali murmuró:
—No tienes por qué amenazarme...
—¿Cómo que no? ¿Qué hacías espiando? ¿Me has seguido hasta aquí?
—Claro que no —protestó ella, incrédula—. Y no estaba espiando. Sólo buscaba un sitio tranquilo para sentarme. Pensé que no había nadie en la habitación y...
—¿Ah, sí? —la interrumpió Euguenia, irónica.
—Mira, no tengo intención de contárselo a nadie. Yo sólo me meto en mis asuntos...
—¡Espero que así sea... gorda! —le gritó la furiosa morena.
Lali se alejó con la espalda muy recta, pero cegada por las lágrimas. Aquella fiesta se había convertido en una auténtica pesadilla... Entonces chocó contra alguien y, cuando levantó la cabeza para disculparse, vio que era Gaston.
—¿Qué te pasa? —preguntó el joven, con un tono ligeramente achispado.
—Nada —contestó ella, refugiándose en el guardarropa. Con manos temblorosas, sacó el móvil y marcó el número de Candela.
—¿Sí?
—Candela, soy yo. Estoy en la fiesta de Euguenia y... todo es horrible. ¡Euguenia me odia!
—Me alegro. Seguro que está preocupada.
—¿Por qué? —Lali se tragó un sollozo.
—Eugueia es una millonaria caprichosa y muy posesiva con su hermano. Debe saber que llevas dos años con él y estará preocupada. ¿Te ha dicho alguna grosería?
—Varias —contestó Lali—. ¿Por qué?
—Porque podrías usarlas como munición contra ella. Hace una semana te habría dicho que no lo hicieras, pero... has conseguido que Peter te
invite a la fiesta del año y eso es un paso adelante —contestó la pelirroja—. Ahora estoy convencida de que tienes más influencia sobre Peter de la que yo había creído.