Monday, May 18, 2015

capitulo 36

Quince minutos despues, Lali se encontraba en el centro de una lujosa suite de hotel, con Edward bajo un brazo y el maletin y su bolso en la otra.
—Solo quiero la verdad —dijo Peter, esforzandose por utilizar un tono de voz normal, aunque estaba rigido de tension.
 Lali lo observaba con el corazon acelerado, fijandose en las tensas arrugas que ensombrecian su rostro y sintiendose muy culpable. La conciencia la martilleaba. ¿Cómo podia contarle la terrible verdad? Si se enteraba de lo egoista y falsa que habia sido, nunca la perdonaria. La despreciaria por devolverle su integridad y confianza con un monton de mentiras y engaños. Entonces, cuando alzo la cabeza y se encontro de nuevo con sus abrasadores ojos esmeralda, comprendio que no podia soportar la idea de que Peter la rechazara. Esa revelacion la conmociono.
—¿Por qué no te quitas la gabardina? —dijo Peter, rompiendo el silencio.
—Yo...
—Soy tu marido —ronroneo Peter, acercandose. Le quito el oso y las bolsas y las dejo a un lado—. Si no tuviste un ataque de modestia en publico, ¿por qué iba a molestarte exhibirte para mi?
 Lali se quedo paralizada mientras el desabrochaba los botonos. Su mente se habia bloqueado al comprender que su mayor miedo era que Peter se marchara. El que Peter se hubiera convertido en algo más importante que la busqueda de su hermana y su propia libertad la habia dejado sorprendida y anonadada.
—Dijiste que parecia una cualquiera...
—Fui demasiado amable —Peter le quito la gabardina y dio un paso atrás para escrutarla de arriba abajo.
Al descubrir, que cuando Peter la miraba de esa manera, se sentia medio desnuda y muy vulnerable, Lali se puso aun más tensa. Cuando su insolente mirada se detuvo en su pecho, se le hincharon los pezones y el corazon le dio un vuelco. El bajo la vista hacia su ombligo y la apretada y minima falda que acentuaba la esbeltez de sus piernas. Volvio a mirar su esquisito rostro, sintiendo que su cuerpo se tensaba y palpìtaba con un subito deseo sexual.
Incomoda con ese intimo analisis de su cuerpo, Lali se sintio como una esclava en una subasta. Le costaba respirar y el corazon estaba a punto de salirsele del pecho. Pero era incapaz de apartar sus pupilas dilatadas de él y de controlar el calor que la invadia, subiendo desde su pelvis.
—El silencio no encaja con ese modelito —dijo Peter con voz candorosa—. Así que, suponiendo que no ibas en busca de un ilícito encuentro sexual con un desconocido en nuestra noche de bodas... ¿dónde ibas y por que?
—No sé... —Lali estaba sin palabras, pues habia comprendido que la verdad era imperdonable.
—No lo sabes —repitio Peter, andando por la habitacion como un leon listo para atacar. Echo la cabeza hacia atrás y la miro con ojos duros como el granito—. ¿Qué clase de repuesta es esa? —rugio—. Esta mañana nos casamos... ¡esta tarde te espacas por una salida de incendios, vestida como una buscona y corres al aeropuerto? O necesitas terapia urgentemente o debes tener una buena razon para haber hecho eso.
—Iba a marcharme a Londres...

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