Friday, May 1, 2015

capitulo 42

—Sólo tengo una razón para estar aquí. No podía ponerme en contacto contigo de otra forma —dijo Peter, impaciente—. ¿Qué ha sido de tu móvil?
—Se rompió.
—El número de este apartamento no está en la guía.
—¿Por qué querías ponerte en contacto conmigo? —preguntó ella.
—Tu hermano ha dejado varios mensajes en el contestador. Creo que llegará a Londres la semana que viene... Te ha llamado al móvil y, como no podía ponerse en contacto contigo, estaba preocupado.
—¿Agustin? —murmuró Lali, atónita. Peter sólo había ido a verla para darle esa información. Su visita no era por razones personales. Pero no imaginaba para qué querría su hermano ponerse en contacto con ella. Su relación se limitaba a una tarjeta de Navidad y alguna llamada en su cumpleaños... Si Agustin pensaba ir a Londres, sería algún viaje de negocios, pensó.
—La línea del ático ha sido desconectada, por eso he venido.
—¿Por qué la has desconectado?
—El apartamento está en venta.
En venta. Ése era el punto final. Aquel ático había sido su hogar durante dos años y, para ella, seguía teniendo recuerdos preciosos. Sólo ahora se
veía obligada a reconocer que había tenido secretas esperanzas de volver allí...
—¿Ya no lo necesitas?
Peter se encogió de hombros. Lali se dio cuenta de que estaba mirando fijamente sus labios y cuando, nerviosa, se pasó la lengua por ellos, él dio un paso adelante y la tomó del brazo con un movimiento que la dejó sin aire.
—No te rebajes intentando excitarme —le espetó, con los dientes apretados.
—¿Crees que yo...?
—Es una pérdida de tiempo. No siento nada por ti.
—¡No estaba intentado excitarte! —exclamó Lali, tan dolida que decidió no darle una nueva oportunidad de humillarla—. Es ridículo acusarme de eso. Eres el último hombre del mundo al que querría excitar. Tienes suerte de que me haya rebajado a hablar contigo.
Peter levantó su arrogante cabeza y soltó una carcajada que la sacó de quicio. Por primera vez en su vida, Lali deseó golpearlo.
—¿Ah, sí?
—Nunca perdonaré tus insultos. Me has tratado como si fueras un juez, sin tener ningún derecho a serlo. Me dejaste por algo que no había hecho... La noche de la fiesta apenas conocía a Gaston , pero te negaste a escucharme. Cuando Gaston descubrió lo que había pasado, dijo que estaba dispuesto a hablar contigo...
—Ah, ya veo. Ahora desearía no haber puesto sus manos sobre mi
propiedad...

No comments:

Post a Comment