Tuesday, May 5, 2015

capitulo 42

Desde luego, era su hombre perfecto. En eso no se equivocaba. Era guapo, fantástico en la cama y la trataba como si fuera tan irresistible como Cleopatra.
¡Si seguían así, se iba a enamorar de él por completo e iba a quedar como una idiota!
—Creo que será mejor que pidamos la comida porque no me atrevo a ir contigo a un sitio público, bella mia —dijo Peter envolviéndola en una toalla—. Así, tendremos toda la tarde y toda la noche para nosotros.
Lali se imaginó durmiendo entre sus brazos, despertándose con él a su lado y decidió que no quería llegar a intimar tanto con él.
—No me voy a quedar a dormir —se apresuró a decirle.
— ¿Por qué no? —quiso saber Peter, que ya es taba marcando un número.
—Porque prefiero ir a casa y dormir en mi cama.
Peter colgó el teléfono.
— ¿Cómo sabes que prefieres eso y no otra cosa? Se supone que yo soy el primer hombre con el que te quedarías a dormir...
—Simplemente lo prefiero, ¿de acuerdo? —contestó Lali mordiéndose el labio nerviosa.
Furioso, Peter se dijo que aquello era la ironía de la vida. El tenía por norma sagrada no invitar jamás a las mujeres con las que se acostaba a quedarse dormir. Dormir con una mujer implicaba que entre ellos había una relación más allá del sexo y él prefería dejarles bien claro desde el principio que lo suyo era simplemente una aventura.
Entonces, ¿por qué había invitado a Lali a quedarse dormir con él?
—No hay problema —contestó apretando los dientes.
Acto seguido, marcó el teléfono de un restaurante tailandés y pidió comida sin ni siquiera preguntarle qué quería.
Menos mal que a Lali le encantaba la comida tailandesa. Sentada con las piernas cruzadas en el sofá y envuelta en un albornoz comió con apetito y le preguntó a Peter cómo era que tenía un hermano tan joven.
—Stefano llegó por sorpresa cuando mi madre tenía cuarenta y tantos años. Mi padre murió cuando tenía cinco años y por eso mi hermano se apoya mucho en mí —contestó Peter—. Tenemos tres hermanas, todas casadas y todas dispuestas a mimarlo demasiado. Se estaba convirtiendo en un chico un tanto rebelde, así que convencí a mi madre para que lo mandara a un internado y ahora está mucho mejor.
— ¿Qué se siente al tener tantos hermanos? —preguntó Lali con curiosidad.
—Es divertido, aunque lo hubiera sido todavía más si un par de mis hermanas, las más mari mandonas, hubieran sido también chicos —sonrió Peter—. Algún día, me gustaría tener muchos hijos.

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