A la semana siguiente, Lali quedó a comer con su hermano. Habían pasado más de dos años desde la última vez que se vieron. Afortunada-mente, nunca había tenido oportunidad de hablarle de Peter porque rara vez la llamaba por teléfono. Al menos, no tenía que contarle que había roto con él, pensó, para consolarse. Al ver a su hermano al fondo del restaurante, Lali sonrió, contenta.
—No tendrás una noticia que darme, ¿verdad? —preguntó Agustin, levantándose para darle un abrazo.
—¿A qué te refieres?
—Pues... no sé, cuando venías hacia aquí he tenido la impresión de que estabas embarazada. ¿No crees que deberías ponerte a dieta?
Lali se puso colorada hasta la raíz del pelo. Había olvidado lo criticón que era su hermano. Su mujer, Daniela, era profesora de gimnasia y tenía un cuerpo moldeado. Aunque hacía algún tiempo que Lali no se atrevía a acercase a una báscula, sabía perfectamente que había engordado mucho en los últimos meses... aunque su hermano podría haberse ahorrado el desagradable comentario.
«Pensé que estabas embarazada». ¿Cómo podía ser tan grosero? ¿De verdad estaba tan gorda? Lali tuvo que controlar las lágrimas.
—Yo creo que ya es hora de que empieces a cuidarte —siguió Agustin, sin darse ni cuenta de que estaba siendo un auténtico patán—. Una buena dieta y mucho ejercicio te convertirían en otra mujer. ¿Te he dicho que Daniela ha abierto un gimnasio?
—No.
—La verdad es que las cosas nos van bastante bien. Le diré a mi mujer que te envíe un libro de recetas bajas en calorías...
Embarazada.
Lali no estaba escuchando a su hermano. Pensaba en los nuevos sujetadores que había tenido que comprar y en el tamaño de su vientre. Había engordado mucho... pero de una forma que no era la habitual. Ella nunca había tenido tripa. Y esas ganas de comer aceitunas... ¿no tenían antojos las mujeres embarazadas? ¿Y qué había sido de su ciclo menstrual en los últimos meses?
—Mi empresa marcha estupendamente —seguía Agustin, ajeno a su inquietud—. La vida me va muy bien.
—Me alegro por ti —dijo Lali, con el corazón en un puño.
No podía recordar cuándo fue la última vez que tuvo el periodo. No era algo que anotase todos los meses o a lo que prestase atención, pero su ciclo siempre había sido un poco irregular y durante los últimos meses...
¿Habría alguna posibilidad de que estuviese embarazada?
—Siempre te agradeceré que tuvieras la generosidad de no pedirme nada del testamento de mamá —estaba diciendo Agustin—. En ese mo-mento me hacía mucha falta el dinero y pude usarlo para sacar mi empresa adelante.
Lali intentaba seguir la conversación, pero le costaba trabajo. Tenía que reconocer que existía la posibilidad de haber quedado embarazada mientras estaba con Peter.
—Lali...
agustin es un odioso como le puede hablar asi a lali de tanto tiempo de no verla aaaaa yo si creo que lalita esta esperando un hijo de peter
ReplyDeletemas novela gracias por subir bastante capitulos
ReplyDeleteyo que fuera lali le ubiera dado una patada por el culo a agustin por hablarme asi mas nove
ReplyDeleteespero que lali este embarazada y que le diga a peter me encanta esta historia espero que puedas subir mas
ReplyDeletemasssssssssssssssssssssssss
ReplyDeleteagustin sos un asco de hermano tienes tanto tiempo de no ver a tu hermana y la tratas asi
ReplyDeleteme gusta mucho tu novelas ya las e leido espero el proximo cap
ReplyDelete