Lali estaba segura de que Candela se lo había contado a propósito. Quizá no debería, pero no tenía la menor duda de que lo había hecho con la mejor intención. Además, casi se alegraba de no tener que ser ella quien le diese la noticia... contárselo a Peter había sido más que suficiente. Pero, como llevaba tres semanas saliendo con Gaston, él tenía derecho a saberlo, naturalmente.
—Se quedó de piedra —siguió Candela—. Está loco por ti, pero creo que no sabe cómo manejar esta situación.
—No espero que Gaston acepte la situación —sonrió Lali—. ¿Qué hombre lo haría?
—Uno muy especial, una buena persona —contestó su amiga—. Pero no sé si Gaston está a la altura, cariño.
—¿Por qué iba a estarlo? Dentro de un mes pareceré una ballena — intentó bromear Lali.
Entonces sonó el timbre.
Las dos mujeres se miraron.
—Seguramente será para ti —vaticinó su amiga.
Lali terminó de cerrar la bolsa de viaje y fue a abrir la puerta.
Era Peter, como habían imaginado.
—¿No me invitas a entrar?
—No.
—¿Por qué no? ¿Está el perro guardián?
—No te atrevas a insultar a mi amiga —replicó Lali.
—Insultarla... ¿estás diciendo que nunca te ha hablado mal de mí?
—Si lo ha hecho, sería con toda la razón del mundo —contestó Lali.
Nunca le contaría que, siendo ridículamente leal, siempre había intentado defenderlo, mientras él jamás había confiado en ella. Ahora se avergonzaba de esa lealtad.
Peter había creído que se acostaba con Gaston mientras estaban juntos, había creído que mentía sobre su infidelidad, que había inventado una sórdida historia sobre su hermana para defenderse. También creía que, al quedarse embarazada, había querido mentirle sobre quién era el padre.
—No entiendo qué haces aquí. No tengo nada más que decirte.
—Pero me llamaste tú...
—Y te dije lo que tenía que decir —lo interrumpió Lali, cruzándose de brazos.
—Sí, pero no yo no he dicho todo lo que tenía que decir —replicó él—.
¿Candela?
—¿Por qué la llamas? —preguntó Lali, sorprendida.
Su amiga asomó la cabeza en el pasillo.
—Sabía que estarías por ahí —dijo Peter.
—Es mi casa, ¿recuerdas? —replicó ella, irónica.
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