Thursday, October 29, 2015

capitulo 11

Olía a café cuando despertó. Oyó un ruido de platos y tazas, y palpó con los dedos una manta que no recordaba haber cogido. También el colchón había cambiado de lugar; en ese momento estaba más alejado del fuego. Pero toda pregunta por el responsable de esos cambios perdió importancia cuando vio a Peter salir de la parte trasera de la cocina, llevando dos tazas en las manos.
-¿Qué demonios...? -empezó a decir, incrédula.
-Me quedé preocupado y volví -declaró, poniendo una de las tazas en el suelo, a un lado de ella.
-¿Qué hora es?
-Las ocho y media.
Lali se pasó una mano por el cabello.
-Estabas dormida como un tronco cuando regresé. ¿Según tu opinión hay algo de malo en dormir de madrugada? -le espetó.
Tenía la boca amarga.
-Debiste haberte despertado cuando regresé pero no lo hiciste. Obviamente continuaste bebiendo después de que me fui.
-¿Yo qué?
-Me has oído bien -recalcó cada sílaba.
-¿Por qué no te tragas tus propias conclusiones? No bebí ni una sola gota más -concluyó furiosa.
-¿De verdad?
-¡No! -repitió indignada-. ¿Te has preguntado cuánto tiempo hace que no disfruto de una buena noche de sueño? Estaba agotada. Me quedé dormida en cuanto te fuiste.
La miró entre burlón y desafiante.
-Deberías agradecerme que haya vuelto. Te dejaste las velas encendidas. Ni siquiera tomaste precauciones con la chimenea. Esta casa tiene los tabiques de madera.
Pálida, se acurrucó bajo la sábana.
-No suelo ser tan descuidada, pero si lo que buscas mi gratitud, te has equivocado. Nadie te pidió que te metieras. ¿Desde qué hora llevas aquí?
-Desde las tres. No me atraía la idea de irme hasta no estar seguro de que todo estaba bien.
Sintiéndose en desventaja, Lali lo atacó:
-¿Te has vuelto noctámbulo? ¿No te ha echado nadie de menos?
-Sofía está acostumbrada a mis ausencias nocturnas.
Lali se quedó sorprendida al deducir que Peter solía pasar las noches con Belen. Las cosas habían cambiado en Mirsby.
-Ponte algo de ropa. Te llevaré a casa a desayunar. Considéralo una obra de buen vecino -aclaró secamente.
-¿Desayuno? -preguntó Lali, a punto de atragantarse con el café.
Bruscamente, Peter se sentó en el colchón para estar al mismo nivel que ella. Le advirtió con tono irritado:
-Ya he tenido bastantes melodramas en las últimas veinticuatro horas, como para todo el resto del siglo. También tengo una sugerencia que quiero que oigas.
-Guárdatela. Y también el desayuno -le aconsejó, esquivando su mirada.
-¿Realmente te resulta tan difícil ser amable conmigo?
Lali cerró los ojos. Todos los instantes que estuviera cerca de él acrecentarían su inquietud interior. La atenazaba que descubriera su vulnerabilidad en ese terreno. Nunca lo perdonaría por haberle planteado la imposible elección que en otro tiempo le hizo. ¿Cómo podría olvidar la agonía de haber perdido a su hijo?

3 comments: